Camagüey.- TRAS practicar gimnasia artística y esgrima, la joven guantanamera Geydy Grey Torres terminó convertida en entrenadora y árbitro de bádminton.
Pero siempre le gustaron los deportes de combate y el boxeo le robó el corazón cuando su condición de presidenta de la comisión provincial de reglas y arbitraje le colocó ante la misión de identificar féminas aptas para impartir justicia en esa disciplina.
Sucedió en el 2008, y después de un primer acercamiento a las reglas y otros detalles inherentes a esa difícil labor, supo que no habría marcha atrás. Tanto, que un año después ya ejercía.
Ahora integra el dúo de cubanas poseedoras de la categoría Una Estrella, de la Asociación Internacional, y su presencia se ha hecho habitual en los principales eventos de la Isla.
JIT le solicitó conversar en la mañana de este domingo, en la antesala de la tercera fecha del torneo nacional Playa Girón, y ella mostró la seguridad que proyecta sobre y junto a los cuadriláteros.
¿Percibiste algún rechazo en el comienzo?
Realmente no, porque en el momento en que decidí sumarme se estaba incrementando el acercamiento a las mujeres, y la provincia encontró en mí la posibilidad de responder a esa demanda.
¿Cómo te recibieron los hombres ya establecidos?
Tanto yo como mis compañeras siempre encontramos su apoyo. Nos cuidan, están todo el tiempo al tanto de nosotras y han puesto su experiencia a nuestra disposición. Incluso, cuando trabajamos como árbitros mantenemos comunicación con ellos, que nos alertan si estamos apresurándonos demasiado o cometiendo algún error.
¿Votar o arbitrar?
Prefiero votar, y considero que arbitrar es más difícil.
¿Por qué?
Sobre todo, por las valoraciones de las personas, que a veces no conocen suficientemente las reglas y nos cuestionan a partir de esas limitaciones.
Hablemos de algo en concreto…
Por ejemplo, ya no es necesario detener la pelea para hacer determinados señalamientos, que trasladamos verbalmente, y desde el público puede interpretarse que no detectamos la infracción.
Eso apunta a la necesidad de que todos sepamos más sobre las reglas…
En mi opinión es imprescindible, porque de como se conozcan depende incluso que los aficionados disfruten más del espectáculo.
¿Y hacia la familia del propio boxeo?
También es necesario cambiar mentalidades, porque aun cuando en las provincias organizamos cursos para entrenadores, con el objetivo de que compartan esos contenidos con los atletas, en ocasiones consideran que las reglas solo son responsabilidad de los árbitros.
Lo cual provoca situaciones evitables…
Estar al tanto del reglamento permitiría, por ejemplo, impedir que penalicemos o descalifiquemos atletas por acciones claramente descritas en el mismo, lo que demuestra que no es un asunto únicamente nuestro.
Sobre todo, porque han sido varios los cambios en los últimos años…
Ese es un reto adicional, incluso para nosotros, pues obliga a desprendernos de prácticas ya interiorizadas. Así sucede con lo explicado sobre los señalamientos que antes acompañábamos con determinadas señales y actualmente solo son verbales.
Ahora que conoces muy de cerca este deporte, ¿habrías boxeado?
Puede que sí, porque me gusta mucho, y estoy a favor de que las mujeres lo practiquen.
Incluso creo que los aficionados deberían tener la posibilidad de ver más peleas entre mujeres, porque existen criterios errados al respecto, y la realidad es que no hay atentado alguno a su feminidad.
¿Cómo asumes una equivocación?
Es difícil, porque nunca son intencionales, y aunque todos sabemos que errar es de humanos provocan mucho malestar, a la vez obligan a superarse más.
¿Aún te presionas?
Cada vez que subo al ring o voto un asalto me siento nerviosa, y cuando eso deje de pasar me retiro, porque es la señal de que me mantengo alerta, dispuesta a evitar errores.
|