Lima.- HACE 12 años de la última vez que una selección femenina cubana de balonmano subía al podio de unos Juegos Panamericanos, y esa es solo una de las razones por las que el bronce conquistado hoy frente a Estados Unidos en esta ciudad tiene un color especial.
Lleva impregnado el gusto del empeño, la consagración y tenacidad de un colectivo técnico que dirige Jorge Coll y reúne entre sus jugadoras una juventud que promete.
La portería defendida a partes iguales por Niurkis Mora e Indiana Cedeño, rapidez y fintas aportadas por la pequeña Eyatne Rizo, el ímpetu de la pívot Yunisleidy Camejo y la veteranía de Lisandra Lusón, son complementos de una selección en que lo primero a destacar es el sentido de unidad con que se sienten todas partes de este triunfo.
«Estoy orgullosa de todas la chicas y ahora a disfrutar la medalla de bronce que la merecemos», es la primera expresión de la capitana Mora, casi sin voz luego de la intensidad de un duelo cerrado 24-23.
La paridad en el tanteador, que tuvo cuatro puntos como mayor momento de diferencia, reflejó la batalla librada sobre la cancha del Polideportivo 1 de la Villa Deportiva Nacional Videna, donde las cubanas contaron con el apoyo de la hinchada brasileña que desde temprano esperaba para el partido del oro.
«Agradezco a mi compañera porque hoy yo no tuve la mejor actuación y le tocó a ella, para esto nos preparamos y somos un equipo… cuando una no puede ahí está la otra para responder y eso fue lo que sucedió hoy», añadió Mora, feliz por ver a Indiana crecida ante la puerta con un 43 por ciento de efectividad luego de detener 10 goles en 23 intentos.
«Un beso para toda la gente en Cuba y un beso para la gente de mi municipio Guamá… aquí la puerta se cerró con las santiagueras…», se despidió feliz de la prensa en la Zona Mixta.
El entrenador Coll felicitó a todas sus muchachas y elogió la empatía entre ellas, pero sobre todo celebró la entrega con que se dedicaron a un compromiso que para la mayoría es asumido por primera vez.
La única con experiencia en esto de “subir” a un podio panamericano es la lateral izquierdo Lusón, integrante de aquel grupo plateado en Río de Janeiro, y consciente ahora de cuánto se trabajó para este nuevo premio.
«Vinimos por una medalla, el color lo ponía el terrero, pero también vinimos a disfrutar nuestra competencia y así lo hicimos», confesó feliz con todo lo vivido en una Lima demasiado fría en sus temperaturas, pero con calor cubano esta noche en el balonmano.
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