La Habana.- CUATRO años después de que el atletismo cubano alcanzara 23 medallas de oro en Veracruz, se antoja complicado igualar ese resultado en los XXIII Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla.

Con una generación renovada, en la que muchos atletas enfrentan por primera vez una cita de este tipo, y sin las fortalezas de otras ocasiones en varios eventos, la tarea se torna difícil.

Comencemos por el lado positivo, por aquellas pruebas en las que salvo inconvenientes de última hora el éxito es cuestión de tiempo: puede augurarse que los representantes cubanos sacarán oro del lanzamiento del disco y la bala para mujeres, del heptatlón y el decatlón, así como de los saltos de longitud y triple entre hombres.

Se suman a esa lista de casi seguros —dejando margen al posible error— los garrochistas de uno y otro sexo, con Yarisley Silva y Lázaro Borges en defensa de las coronas.

Volviendo atrás, en el decatlón el experimentado Leonel Suárez se tendrá a sí mismo como principal rival para sobrepasar los 8 mil puntos e imponerse. Algo similar sucede con Yorgelis Rodríguez, quien busca su segundo reinado regional en el heptatlón.

Por cierto, la talentosa guantanamera también fue inscrita en el salto de altura, y dada su progresión retaría a la favorita y actual titular Levern Spencer, de Santa Lucía.

El disco, sin discusión, nos entregará oro y plata, mas el orden lo impondrán Yaimé Pérez y Denia Caballero el día de la justa. En la bala, Yanniuvis López tiene para mejorar su metal plateado anterior.

En la longitud no hay otro nombre que “suene” con más fuerza que el de Juan Miguel Echevarría, monarca universal bajo techo. El jovencito genera noticia tras noticia y actualmente es una de las figuras más mediáticas de la Liga del Diamante.

El triple irá totalmente de estreno, con Cristian Nápoles, cuarto en el pasado Mundial de mayores; y Jordan Díaz, otro de los “fenómenos” del momento en la Isla, reciente recordista nacional juvenil y quien en apenas unos días buscará la medalla de oro en el certamen del orbe de esa categoría.

Difíciles se vislumbran varias especialidades ganadas en suelo azteca en 2014, como los 400 metros planos para hombres, pues están confirmadas las presencias del dominicano Luguelín Santos y el costarricense Nery Brenes, ambos con mejores registros que los logrados hasta el momento por Yoandrys Lescay.

En la vuelta al óvalo para damas puede hablarse de corona con la todavía juvenil Roxana Gómez, quien también integrará un relevo 4×400 en condiciones de alegrar más allá de lo esperado y que incluye además a la ochocentista Rose Mary Almanza.

Los 400 metros con vallas no permiten pronósticos dorados, pero quizás suceda. Los tiempos de Zúrian Hechevarría y Leandro Zamora han mejorado según se acercan al día cero, y quizás son en este momento los de progresión más palpable en la preselección que se prepara para actuar en el estadio Roberto Meléndez.

Otras especialidades aportarán premios de diverso color, pero lo cierto es que se augura una lidia mucho más repartida que la de hace cuatro años.

Las posibilidades de liderar otra vez el medallero por países en esta disciplina son amplias, pero sobrepasar la veintena de oros resulta tan difícil como que los mexicanos se queden con apenas ocho y Colombia con cinco.

Para todas las dudas habrá respuestas a partir de la segunda semana de los Juegos de Barranquilla, segmento reservado por los organizadores para que el deporte rey “caliente la pista”. Cuba puede rematar con otra hazaña de sus atletas.

Las informaciones de las inscripciones de otras delegaciones no abundan, aunque resaltan algunos nombres como los del boricua Javier Curlson (400 c/v), los colombianos Caterine Ibargüen (triple) y Eider Arévalo (marcha), y los mexicanos Brenda Flores (5 mil y 10 mil), Madai Pérez (maratón), Juan Luis Barrios (5 mil y 10 mil) y Guadalupe González (marcha), esta última subcampeona olímpica y abanderada de su delegación.