Holguín.- LOS CACHORROS cumplieron su primer objetivo en esta 58 Serie Nacional de Béisbol: clasificar para la segunda etapa, resultado que ha revivido los recuerdos de uno de los sucesos más trascendentales de la provincia: el triunfo del 2002.
Los aficionados más optimistas, incluso, vuelven a soñar con un título beisbolero en un contexto por ahora bastante complicado.
Hace 16 años, por primera y única vez la selección de Holguín subió a lo más alto del podio en nuestra principal fiesta deportiva. Ahora este entusiasta equipo de los Cachorros nos retrocede en el tiempo, cuando tampoco lo daban como favorito y mordieron la corona.
Uno de los protagonistas de aquella memorable campaña fue el jardinero Oscar del Rosario Bauta, quien el venidero mes de enero arribará a sus 41 años de vida.
Sin embargo, su consagración lo mantiene activo en el equipo que hoy pugna por llegar a los play off.
«Aquel fue el momento más hermoso de mi carrera deportiva. No fui regular esa temporada, pero siento que aporté a esa victoria porque jugar una final en cualquier deporte no se da muchas veces en la vida», afirmó Oscar, quien tuvo que asumir la titularidad desde la semifinal por una lesión de Luis Rodríguez William.
«Esta selección me recuerda aquella, que sin muchas figuras, pero con sobrada seriedad, alegría y sobre todo, motivación, enfrentaba cada partido como si estuviera en el término de la campaña», sentenció el oriundo de Yamanigüey en el municipio de Moa.
En su temporada 18, Del Rosario busca llegar a los mil hits (faltan 31) y esta segunda etapa le brinda mayores opciones de cumplir el objetivo, aunque lo principal es contribuir a las victorias del equipo.
“Piri”, como lo conocen familiares y amigos, debutó en 1998 en el estadio Nelson Fernández, ante el extinto equipo de La Habana, nada más y nada menos que frente a los envíos del derecho José Ibar. Desde entonces ha dejado de jugar en las series 52, 55 y 57 por enfermedades.
Alternando la titularidad en el conjunto holguinero, recibiendo más sombra que sol, mantuvo la esperanza de alinear en la nómina regular y aprovechar las oportunidades que le brindaban. El destino premió su consagración.
Un año después del título, gracias a su desempeño, fue ubicado en line up regular y no defraudó a su mentor, pues por primera vez conectó más de cien hits (108) y promedió 310 de average.
En la campaña número 43 disparó la mayor cantidad de imparables (116), pero en la 50 promedió 350, al repartir 91 indiscutibles en 260 turnos. De por vida lo ha hecho para 281.
A pesar del discreto inicio de los Cachorros en esta segunda etapa, “Piri” no descarta la posibilidad de ubicarse en un lugar de privilegio y sentencia que su segundo trofeo en esta competición no es una quimera, porque motivación existe para ello.
«Me gusta trabajar al máximo porque solo así se puede tener un buen resultado. Creo que esa constancia es la que me ha permitido jugar tanto tiempo», afirmó con el tono jovial que lo ha caracterizado.
«A las nuevas generaciones les digo que no cesen en su empeño de lograr su objetivo. Para eso deben trabajar fuerte y prepararse todos los días, más en este deporte que de cualquier barrio o comunidad sale un buen atleta», aseguró.
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