Barranquilla, Colombia.- EL EQUIPO de México celebró en esta ciudad del Caribe colombiano su título mundial de béisbol sub-23, tras un tenso partido ante Japón.

Cantos, brincos, abrazos, la copa conquistada pasando de mano en mano y por supuesto, los infaltables selfies, fueron algunas de las reacciones desatadas por jugadores y técnicos a partir de que en la parte baja del décimo inning Kenji Nishimaki fallara en elevado al jardín derecho con las bases llenas y el 2-1 en la pizarra del estadio Édgar Rentería.

«Es un triunfo muy importante, fue un partido difícil como sabíamos, pero el pitcheo y los peloteros llegaron descansados a la final», comentó a Prensa Latina el manager de los monarcas, José Enrique Reyes.

De acuerdo con el mentor, no puede señalar a héroes individuales, porque fue una victoria colectiva, en la cual cada uno jugó su papel.

«Podría mencionarte al pitcher (Carlos Morales) que permitió un hit en ocho capítulos, o al que decidió (Fabricio Macías), pero también al que tocó o a los fildeadores, es una labor de conjunto», insistió. Por su parte, el lanzador Erick Casillas, quien sacó el último out del choque entrada la noche del domingo, agradeció en diálogo con periodistas el apoyo de la afición colombiana, protagonista de una buena concurrencia en el Édgar Rentería, la mejor del certamen que reunió a 12 países de los cinco continentes.

«Demostramos que en el béisbol no hay enemigos pequeños», dijo en alusión al poderío y favoritismo de Japón, campeón de la I Copa Mundial sub-23, realizada hace dos años en Monterrey, e invicto en ocho partidos antes del duelo por el oro.

Para el patrullero central y capitán de la selección, Fabricio Macías, se trató de una revancha, ya que los nipones habían eliminado a México en Monterrey y lo superaron aquí 7-2 en la etapa clasificatoria, en el grupo A.

Respecto a su batazo decisivo, con el que empujó las dos de su equipo en la parte alta del décimo capítulo, afirmó: «Me enfoqué mucho, sabía lo que representaban esos corredores».

Macías también resaltó el esfuerzo colectivo y la unidad de los jugadores y su dirección.

El podio de la copa mundial para beisbolistas menores de 23 años lo completó Venezuela, con su victoria 5-4 sobre Sudcorea.