Holguín.- LOS CACHORROS de Holguín tuvieron uno de los peores inicios de temporada en series nacionales de béisbol, tras la nueva división político administrativa.

La comitiva que dirige Noelvis González Matos hilvanó siete derrotas consecutivas en su debut, una etapa en que ganaron dos de los primeros diez desafíos de la temporada. Tal actuación generó mucha polémica en la afición holguinera y preocupación en algunos especialistas de este deporte.

Una victoria ante el subcampeón nacional, Los Leñadores de Las Tunas, y luego la histórica barrida frente a los Alazanes de Granma, cambiaron el panorama que se vivía hasta ese momento en la ciudad cubana de los parques.

Hasta ahora los Cachorros han ganado 17 juegos en las últimas 20 salidas al diamante, con ocho triunfos consecutivos y siete subseries consecutivas a su favor, con tres barridas incluidas. Ese accionar refleja un giro de 360 grados en el rendimiento de la escuadra holguinera.

¿Qué ha sucedido en el seleccionado que ahora mismo está en zona de clasificación?

Cuando surge un problema, lo primero que hay que buscar es su causa. No mirar las consecuencias porque jamás encontraremos la solución. Fuimos por variables, revisamos lo técnico, lo físico, lo mental y no estaban ahí las dificultades que nos afectaban.

Hicimos un análisis sobre las conexiones y cómo estaban saliendo, pero nos percatamos de que eran sólidas, aunque de frente, lo que significaba que en cualquier momento podían salir de lado. Eso nos reflejó que en la ofensiva no estaba la mayor dificultad.

Sabemos que el factor suerte influye mucho en el deporte y en este caso nos estaba jugando una mala pasada. Pero confiamos en que de un momento a otro saldríamos adelante. Sin embargo, teníamos que aprender de las derrotas.

¿Y el pitcheo?

No nos estaba respondiendo, no trabajaban los innings que necesitábamos. Habíamos establecido una rotación, pero si el iniciador no lanza cinco o seis entradas hay que adelantar los relevos y eso no es lo que queremos. Cuando comenzaron a responder fue que llegaron las victorias.

¿La motivación?

En la actitud del grupo de atletas está el 88 % del resultado de un equipo. Eso determina cómo se enfrentan los reveses y las victorias.

¿Qué hicieron ante los fracasos?

Empezamos a mostrarles videos, conferencias, documentales con un carácter psicológico positivo; e impartimos clínicas con el objetivo de fortalecer la idea de que no estábamos mal, simplemente no nos estaban saliendo las cosas y teníamos que ser optimistas. 

Veíamos películas de temática deportiva, no tenía que ser precisamente de béisbol, pero si con un objetivo predeterminado, para que ellos concientizaran que cualquier equipo puede tener un mal momento, pero había que buscar una solución para salir a flote. Y así lo hicimos. 

Me llama algo la atención… ¿Y el otro 12 porciento?

Se lo dedicamos a la inteligencia, a cómo emplearla en la táctica del juego, para que los jugadores puedan identificar lo que quería la dirección del equipo y como debían reaccionar en un momento determinado sin la asistencia de un compañero.

Queríamos que los líderes aportaran más y así lo hizo Yunior Paumier, quien cada día madura más como atleta y persona. También el capitán del equipo, Geidi Soler, quien ha tenido protagonismo junto a Maikel Cáceres, con experiencia en ligas extranjeras.

¿Hubo presión en el equipo?

En el deporte existe un fenómeno llamado “Fiebre de Pre-arranque. Eso nos pudo afectar en el inicio, pero junto a nuestro psicólogo cambiamos la filosofía de los atletas y el cuerpo de dirección: ya no teníamos que pensar en la clasificación, sino en el juego de hoy, porque la ansiedad que teníamos de clasificar nos estaba afectando.

¿Qué tal la clasificación?

En los entrenamientos usted puede ver un colectivo de peloteros y entrenadores que parecen que están en los play off, con un interés increíble y unos deseos de trabajar que uno percibe que la clasificación llega. Por eso nunca pierdo la esperanza de estar en la otra etapa. Ahora estamos en mejores condiciones, y si empezamos a perder ya sabemos cómo resolverlo.