Por Eyleen Ríos, enviada especial

Barranquilla.- LOS QUE conocen el hockey cubano saben cuánto vale esta medalla de oro aportada hoy por sus muchachas, en un partido tenso desde el primero hasta el último minuto en la cancha Pibe Valderrama, del barrio Ciudadela.

Y es que por números, por historia, es Cuba la gran ganadora de los Juegos Centroamericanos y del Caribe, pero esas que este sábado se llevan el oro a casa tienen un “detrás” que vale la pena conocer.

Hace apenas unos meses no existía el equipo que vimos ahora aquí, algunas de esas figuras ya no formaban parte del conjunto, pero fueron llamadas por el entrenador Guillermo Stakemann y asumieron el reto.

«Estuve muchos años sin dirigir a las mujeres y en pocos meses me dieron la tarea de “armar” este equipo y más que todo ganar, y lo mejor es que lo cumplimos», dijo el veterano preparador feliz, pero sobre todo con un rostro que reflejaba el alivio tras soportar la tensión de los días vividos.

Las cubanas habían comenzado perdiendo con México en la fase de grupo. Demasiado ansiosas en el debut no supieron enfrentarse a una cancha lenta, con más rebote del que estaban acostumbradas.

Ahora la “película” fue otra. Ya jugaron más en el papel de ofensiva, el que debieron tener siempre para llevar a las aztecas a su forma y no al revés.

«Buscamos controlarle el centro de la cancha, hacerles el mismo juego que nos hicieron el primer día, tratar de molestarlas y que no pudieran jugar, y tener efectividad en el ataque», resumió Stakemann sobre lo que sucedió aquí.

Las cubanitas fueron efectivas desde los primeros minutos, y el único gol del encuentro llegó de un penalti corner de Sunaylis Nikle, a los siete minutos de empezado el tercer tiempo, y a partir de ahí la defensa jugó un papel fundamental.

La portera Yurislmalis García, regular del equipo, pero sin jugar en los anteriores duelos porque estaba enferma, fue el pilar de esa defensa, en especial durante el último cuarto en el que evitó par de goles que parecían ir dentro irremediablemente.

«Antes de empezar el partido le dijimos que confiábamos en ella, aunque Betancourt lo había hecho muy bien, pero ahora era ella», comentó Nikle, apartada solo unos segundos del grupo que feliz celebraba junto a Stakeman.

«Nos ganaron el primero, pero el bueno no pudieron», dijo luego con una sonrisa que no necesitaba explicación.

Hoy el hockey cubano puede descansar feliz. Cumplió los objetivos propuestos, pues no solo se quedó con oro que tienen desde Ponce 1993, si no porque aseguraron clasificación para los Juegos Panamericanos de Lima 2019.

Hacia allí dirigirá ahora las acciones este grupo, que no solo se va como campeón, se marcha de Barranquilla dejando un rastro en el corazón de todos los que lo vieron con tanta garra sobre la cancha.