Miami.- MIENTRAS generadores de odio hacen hasta lo imposible por desacreditarlo, el equipo Cuba avanzado a la semifinal del V Clásico Mundial de Beisbol suma a sus fortalezas las muchas muestras de simpatía que recibe.

No solo las llegadas desde la Isla, lo mismo en forma de un tema musical fraguado a base de talento compartido que en mensajes de aficionados humildes, o en otras iniciativas, como la de seguir sus partidos en espacios públicos.

También las originadas desde su llegada a Florida, donde no pocos compatriotas han querido fotografiarse con jugadores y técnicos, como la oficial de policía que calificó de privilegio apoyar a representantes de su país de origen.

«Nos vemos en el estadio» dicen muchos, negados a dar la espalda a una selección que por primera vez apeló a atletas contratados en otras ligas sin el amparo de la Federación Cubana de Beisbol.

Los empeñados en dividir llaman a provocar, difunden en redes deserciones inexistentes e insisten en confundir atacando a quienes disfrutan haber dado el paso, coronado ya con un desempeño inédito desde el subcampeonato de 2006.

Pero la cohesión de que tanto ha hablado el mánager Armando Johnson no ha hecho otra cosa que fortalecerse.

«Es un sueño que quería cumplir y lo estoy viviendo al máximo», afirmó, por ejemplo, el lanzador zurdo Roenis Elías, designado para abrir este domingo contra el ganador del duelo sabatino entre Estados Unidos y Venezuela.

«Por eso he tratado de aportar mi granito de arena, lo mismo con mi trabajo que ayudando a los muchachos más jóvenes», enfatizó el campeón de las Grandes Ligas en 2019 con Nacionales de Washington.

«Pocos pensaron que íbamos a llegar hasta aquí y mira donde estamos», significó antes de asegurar no tener preferencia por uno u otro posible oponente. «Son buenos equipos, mis respetos para ambos, pero el objetivo será hacer el trabajo», sentenció.

«Ya estamos entre los cuatro primeros, pero llegar a la final sería mucho mejor, y con esa motivación vamos a salir al terreno, en mi caso con la misión de avanzar el juego todo lo posible», explicó este batallador incansable.

Con ese espíritu asumirán él y sus compañeros la sesión de entrenamiento de este sábado en el mismo LoanDepot Park donde intentarán hacer historia un día después, sin dejarse impactar por las bajas pasiones llamadas a desatarse en unas gradas desde las cuales —nadie lo dude— también recibirán aplausos. 

Convencidos de que pueden, crecidos en la unidad consolidada en estos días de causa compartida e igualmente seguros de que los orquestadores de las campañas en su contra están destinados a poncharse.