Foto: JIT Colaborador
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Por Eyleen Ríos, enviada especial
Tampere, Finlandia.- EN CUBA acostumbramos a ver año tras año nuevo talentos en el salto triple. Los de la Isla parecen hechos para esa especialidad y en el mundo se preguntan qué tienen de especial.
Las respuestas son varias y van desde características esenciales como fuerza y saltabilidad… hasta la herencia de buenos entrenadores que saben detectar y desarrollar las potencialidades para llevarlos a campeones.
Ahora en esta ciudad se ha mostrado la más reciente “joya” de esa escuela. Jordan Díaz fue uno de los atractivos desde antes de llegar al Campeonato Mundial de atletismo sub-20. Aquí fue seguido por los medios, promocionado en las vallas del evento y anunciado por la IAAF como una de las estrellas de la cita.
Lo conseguido este sábado en el Estadio Ratina confirmó que no estaban equivocados, el campeón de cadetes 2017 fue único en la arena finesa y aunque se despidió con la insatisfacción del récord mundial juvenil que perseguió, se llevará a casa el oro y la plusmarca del campeonato: 17,15 metros.
Jordan es un jovencito simpático, de 1,92 metros de estatura, que dice lo que piensa con la mayor tranquilidad del mundo, pues no es como otros adolescentes que se cohíben entre adultos. Él tiene un poco de “despiste”, a veces no recuerda de dónde conoce a alguien, y tiene además la frescura de esas edades en las que se dice todo sin pensar.
Ligado al atletismo desde los nueve años en su Habana natal, confiesa que antes era jugar fútbol lo que quería, pero un entrenador lo “descubrió” en la escuela primaria y aquí está ahora con dos medallas mundiales y soñando ya con una del orbe entre mayores y la olímpica, como confesó en un aparte con JIT.
¿Entonces vas a ser el primer triplista cubano campeón olímpico?
Por lo menos lo voy a intentar, voy a trabajar para eso y creo que puedo lograrlo.
Pero en Tokio 2020 solo vas a tener 19 años, ¿no serás demasiado joven?
No para nada, ya con 18 soy mayor de edad… (risas). Así que puedo ser campeón olímpico, incluso mi meta es ser campeón mundial antes, en Doha 2019.
¿Y los 18 metros?
Eso también es algo para lo que trabajo. Muy pocos lo han conseguido en el mundo y yo quiero ser uno de ellos, pero solo el tiempo dirá lo que pueda ser.
¿No pensaste nunca hacer otra cosa que no fuera triple?
Probé en longitud y en altura, pero mi profesor de la EIDE José Merlin Maso me dijo “vamos a probar en el triple” y así comencé… fui mejorando, hasta que en unos Juegos Escolares gané una medalla y le cogí el gusto.
¿Sabes cuánto sacrificio lleva el deporte? ¿Estás dispuesto a “correr ese riesgo”?
Lo sé y lo quiero hacer. Son muchas más las satisfacciones, las cosas buenas que me puede dar el deporte y estoy convencido de que es lo que quiero hacer.
Estoy dispuesto al sacrificio y a enfrentar todo lo que implica ser deportista de alto rendimiento.
¿Qué te falta para mejorar?
La carrera, no soy rápido. Y también el último paso, tengo que lograr mejor técnica en el último paso. Son cosas que puedo hacer, y cuando lo logre junto a la fuerza que tengo, seré mejor.
¿Hay algo que haya marcado tu vida y te haya confirmado que el deporte es tu camino?
Cuando estuve en la Gala Mundial de Mónaco a finales del año pasado. Ahí me encontré con tantas estrellas… el estar invitado como una de las promesas del atletismo, eso me hizo decir: “es esto lo que quiero”.
En unos días estarás en los Juegos Centroamericanos y del Caribe. ¿Aspiraciones?
Ganar. Ese es siempre el objetivo, pero tendré una competencia difícil sobre todo con mi compañero Cristian Nápoles, porque nos hemos ganado uno a otro en varias ocasiones. Ahora ganará el que mejor lo haga.
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