Foto: Kermit Taylor
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La Habana.- AUNQUE brillar a ese nivel no siempre garantizó triunfar entre mayores, los campeonatos mundiales de atletismo para juveniles se han convertido en citas de referencia para “predecir” el futuro de algunos de sus participantes.
Surgidos en 1986 en el Estadio Spiridon Louis de Atenas, Grecia, estas justas reúnen cada dos años a los máximos exponentes menores de 20 años, y en menos de un mes tocará a la urbe finesa de Tampere acoger la nueva convocatoria.
Todavía no se divulgaron todas las nóminas, pero seguramente aparecerán en ellas varios de los que veremos ascender después al estrellato .
Entre los más claros ejemplos de ese apartado se inscriben nombres que luego se hicieron famosos, como los de los jamaicanos Usain Bolt y Verónica Campell, el trinitario Ato Boldon, el keniano David Rudisha, la croata Blanka Vlasic y la etíope Genzebe Dibaba, por citar algunos.
Cuba no se queda detrás. Javier Sotomayor, Yoelbi Quesada, Dayron Robles, Orisleydis Menéndez y Yumisledis Cumbá son eferentes emblemáticos entre quienes subieron a esos podios como paso previo a otros más importantes.
Aliuska López, Emilio Valle, Roberto Hernández, Xiomara Rivero, Yunaika Crawford y Yoandri Betanzos también se despidieron de estas lides con medallas, e incluso alguno de ellos con más de una.
Valle es el único cubano con premios en dos eventos diferentes, pues fue campeón de los 400 con vallas y bronce en los 110 en la cita fundacional en Atenas.
Par de reinados consecutivos acumula una grande como Orisleydis, única que brilló en la jabalina (1996-1998). Sin embargo, no tiene la exclusividad general entre sus compatriotas, porque los saltadores Daylenis Alcántara (2008-2010) y Lázaro Martínez (2014-2016) lo consiguieron en el triple.
De los escogidos ahora, ninguno podrá intentar esa marca, pues el saltador Maikel Masó, campeón de longitud en Bydgoszcz hace dos años, quedó fuera del listado por una lesión.
La heptatolista Adriana Rodríguez es la única medallista de entonces que repite, pero lo máximo que podrá es mejorar la plata conquistada en la edición anterior.
En general Cuba ocupa un séptimo lugar en el medallero histórico con 27 oros, 31 platas y 19 bronces. Estados Unidos es líder con 102-72-53 y Kenia le sigue con 72-62-41.
TAMPERE POR UNA CITA SOSTENIBLE
Más allá de los resultados en el campo y la pista –con grandes posibilidades de ser excelentes-, los organizadores de Tampere se preocupan por enviar señales desde otra arista no menos importante para el paneta: la sostenibilidad del medio ambiente.
Por eso ya adelantaron algunas medidas encaminadas a lograr uno de los eventos más limpios del atletismo universal, y para ello han propuesto reducir el uso exagerado de plásticos, papel y transporte.
Entre los pasos dados anunciaron que la mayoría de los alojamientos estarán muy cercanos al estadio de competencias para acceder caminando unos pocos metros o utilizando bicicletas.
El eslogan es organizar un campeonato sin automóviles, tanto para participantes como para espectadores, y con ese fin se asociaron con Ecofellows Ltd., una empresa que proporcionará bicicletas urbanas al comité organizador.
Las botellas de agua, que generalmente se utilizan de manera indiscriminada en los eventos deportivos, no estarán disponibles esta vez. Para sustituirlas, cada participante, sin importar la función que realice, recibirá una “botella duradera” –de plástico sin BPA- que podrá ser rellenada en cualquier grifo, pues el agua de esa nación es totalmente potable.
La comida se ofrecerá en la modalidad de buffet y el llamado es a que se consuma solo la necesaria, para evitar el despilfarro. Además, la mayoría de los productos serán orgánicos y locales.
Asimismo, la energía en el estadio será la conocida como verde y se utilizará al máximo posible la luz natural proporcionada por el verano finés.
Y se evitará el uso de folletos impresos, tanto que las credenciales que portarán los participantes serán recogidas en la despedida para ser reutilizadas.
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