Foto: ODECABE
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DURANTE el Congreso de la ODECABE celebrado en Puerto Rico se conocieron las peticiones de Panamá y Cuba para organizar los XI Juegos. Los panameños resultaron triunfadores por 14 votos a dos y San Salvador quedó como suplente.
La cita regional se efectuó por segunda vez en tierra istmeña a partir del 28 de febrero de 1970 (hasta el 14 de marzo) y demostró haber llegado a su mayoría de edad, con récord de 20 naciones participantes, debutantes entre ellas Surinam y Belice (Honduras Británicas).
El número de atletas asistentes sobrepasó por primera vez los dos millares (2 mil 95), pese a que el programa deportivo disminuyó a 16 especialidades con la salida del tenis y las velas, aunque la gimnasia retornó.
Sin embargo, continuó creciendo el número general de pruebas premiadas, con 155, sobre todo debido a que en pesas se repartieron medallas en cada uno de los tres movimientos: fuerza, arranque y envión, así como en el total, el único anteriormente galardonado.
Esos Juegos, al decir de los técnicos de la región, pasaron a la historia como los "Juegos de Cuba", pues jamás país alguno había mostrado tanta superioridad sobre el resto de los contendientes.
Los cubanos, quienes habían evidenciado ostensibles adelantos en la cita anterior borinqueña, dieron en la capital panameña el salto cualitativo esperado, gracias a los nuevos conceptos aplicados en la preparación de sus deportistas, la ayuda gubernamental y la política de convertir al deporte en un derecho de todos los ciudadanos.
Solo México en natación y clavados, así como en voleibol femenino; Colombia en ciclismo y Panamá en la justa varonil de baloncesto, pudieron sobresalir frente a la pujante delegación cubana, que en muchas especialidades copó todas las plazas en los podios de premiaciones o ganó la totalidad de las pruebas efectuadas, como fue el caso del atletismo femenino, una proeza inédita.
Hubo un hecho que puede caracterizar la fenomenal faena cubana. El equipo de polo acuático no solo ganó sus ocho partidos por abultados marcadores, con un total de 139 goles anotados, sino que también impidió a todos perforar su valla, excepto al puertorriqueño Irving Betancourt, quien se debatió entre la gran alegría por ser el único y la pena que de cierta forma le causó impedir una labor perfecta.
*Destacado periodista cubano fallecido el pasado año. Es el autor del libro Los juegos regionales más antiguos del mundo, sobre el devenir de los Centrocaribes.
I Juegos: Histórico acontecimiento con tres protagonistas
II Juegos: Avalancha de triunfos para Cuba
III Juegos: Primera edición con nombre completo
IV Juegos: Cuarto triunfo seguido para el béisbol cubano
V Juevos: Barranquilla, una sede salvadora
VI Juegos: Fortún y el béisbol brillaron
VII Juegos: Primer encendido del pebetero
VIII Juegos: Primera ausencia de Cuba
IX Juegos: Juegos en "idioma inglés"
X Juegos: La batalla cubana del Cerro Pelado
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