EL GO es el juego más antiguo que se conozca y practique hasta nuestros días. Ha llegado a nosotros sin ninguna variación de sus reglas en más de cinco mil años de existencia. Como curiosidad valga resaltar que es el más fácil y a la vez el más difícil de aprender. Me explico.

Resulta elemental en tanto no tiene reglas prácticamente, si acaso unas tres o siete según se quiera explicar; y para su aprendizaje bastan apenas cinco minutos. Sin embargo, es el juego más difícil si de dominarlo se trata.

Como arte marcial sus categorías se dividen en Kyu para los principiantes y en Dan para las maestrías. Los Kyu transitan en orden descendente desde el 35 al 1; y las maestrías en orden ascendente desde el primero al noveno Dan.

La captación y preparación de los futuros profesionales de GO (esta es otra categoría técnica; por ejemplo: 5 Dan Amateur igual a 1 Dan Profesional) comienza desde los cinco años de edad y si a los 15 no se logra el nivel adecuado debe cancelarse el empeño.

El arraigo del Wei Qi (en China), el Baduk (en Corea) o el Go (en Japón y el resto del mundo) es una tradición ancestral y su práctica va más allá de un simple juego. La federación internacional, creada por la década de 1970, ya cuenta con más de 70 países y 200 millones de practicantes, en tanto la Liga Profesional ya rebasa los 800 millones, aunque hasta hace poco no pasaban de 100.

Las reglas del GO pueden explicarse en pocas líneas: Primera: se juega entre dos contrincantes, uno con las piedras negras y el otro con las piedras blancas. Comienzan las negras. Las piedras se colocan en las intersecciones, no en los escaques como en el ajedrez, y una vez allí no se mueven.

Segunda: el Tablero comienza vacío y el objetivo del juego es hacer (cercar) territorios. Estos no son más que el conteo de las intersecciones rodeadas por los grupos o cadenas de piedras.

Existe una regla prohibitiva: no se colocan piedras en lugares donde no tengan “libertad”; y también la Regla del Ko, que limita un movimiento infinito.

Ya cualquiera puede practicar, pero a la percepción e imaginación humanas les cuesta mucho entender tan simple juego. Normalmente estamos acostumbrados a tener reglas, explicaciones, prohibiciones, limitaciones y tareas fáciles de entender, mas eso no ocurre en el GO, pues todo comienza sin límites para la creación, el razonamiento, el cálculo y una visión futurista.

El GO es un juego táctico y estratégico. Una de las teorías sobre su origen lo vincula directamente al arte de la guerra: grandes estrategas militares lo han empleado en el análisis de acciones combativas. Fue obligada en la clase Samurái del Japón.

Otra teoría lo relaciona con la adivinación, de ahí que los antiguos Chamanes de las Cortes Imperiales Chinas predecían el futuro, la mejor época para los sembrados y las cosechas, entre otros pronósticos.

Otra hipótesis lo apega a las matemáticas como principio de un antiguo Ábaco; y otra corriente a la medicina, al narrarse que un antiguo emperador chino lo creó para fortalecer el débil raciocinio de su sucesor. Resulta muy difícil saber a ciencia cierta su verdadero origen.

Sí sabemos que ha sido una de las últimas artes llegadas a Occidente, a principios del siglo pasado, y que tanto en China, Corea y Japón se estudia aún como una carrera universitaria. La valoración como buen jugador de GO es estimada y respetada.

Su historia de más de 5 mil años resulta imposible escribirla en un solo texto, y menos si urge explicar la táctica y estrategia en el inicio (Fuseki), medio y final. Cada etapa lleva estudios interminables.

Matemáticamente, el ajedrez posee un número finito de combinaciones (factorial de 64), pero en el GO esa cifra se rebasa por mucho (factorial de 361).

Hemos dado, por tanto, un ligero recorrido sobre la historia de este fascinante deporte, ciencia y arte marcial.

*Presidente de la Academia Cubana de GO