Foto: JIT Colaborador
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EL 3 DE abril de 1930, en el edificio habanero del Vedado Tennis Club, la Junta General de Delegados aprobó a la capital salvadoreña para organizar la próxima cita en 1934, aunque la fecha no podría cumplirse por la calamidad que significó el azote de un terremoto al pequeño país centroamericano en junio del último año mencionado.
Los salvadoreños no renunciaron a celebrar el certamen regional y pidieron una prórroga para el período comprendido entre el 16 de marzo y el 5 de abril de 1935, la que en definitiva fue aprobada y de esa forma se produjo la primera alteración en cuanto a la secuencia cuatrienal de la cita.
El programa de competencias de estos Juegos creció hasta 14 con la introducción de deportes de combate como el boxeo y la lucha, además de la equitación y el golf.
El número de atletas también continuó aumentando, con 741 y por primera vez hubo resultados oficiales para el sector femenino al presentarse las damas en natación y baloncesto, pues el voleibol tuvo carácter de exhibición.
En el aspecto formal se produjeron hechos importantes: la denominación oficial cambió, conociéndose la competencia desde entonces como Juegos Deportivos Centroamericanos y del Caribe, para oficializar la participación de las islas caribeñas. También se creó una Comisión Técnica Permanente, a fin de eliminar la disparidad de criterios en muchas cuestiones referidas a la organización de estos certámenes.
No obstante la entrada de Nicaragua como nueva nación competidora, el número de países contendientes se mantuvo en diez, por cuanto Jamaica, asistente a los II Juegos, no pudo repetir su participación.
Otra vez mexicanos y cubanos, las dos potencias deportivas del área, volvieron a repartirse los máximos honores en todas las disciplinas convocadas, excepto la del golf, donde resultó triunfador el salvadoreño Escobar.
En el atletismo, donde Cuba volvió a imponerse de forma general, la sorpresa corrió a cargo de los especialistas puertorriqueños en las pruebas de campo, pues obtuvieron cuatro coronas en jabalina, bala, pértiga y salto de altura.
La natación fue otro triunfo total para Cuba, mientras México seguía dueño de los cetros en clavados. Y en béisbol se produjo el tercer campeonato consecutivo de Cuba, pero de nuevo con un revés en nueve encuentros, este a manos del panameño Evans.
Y en la esgrima se produjo el lamentable hecho de la retirada en masa del equipo cubano, encabezado por su doble campeón olímpico y multimedallista centroamericano Ramón Fonst. Se alegó para ello la parcialidad e incompetencia del jurado que actuó en la especialidad de florete.
*El autor, destacado periodista cubano, falleció el 16 de mayo del 2017. Escribió el libro Los juegos regionales más antiguos del mundo. Juegos Centroamericanos y del Caribe.
I Juegos: Histórico acontecimiento con tres protagonistas
II Juegos: Avalancha de triunfos para Cuba
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