La Habana.- LA SELECCIÓN cubana venció a su similar de Nicaragua en los tres partidos de la Serie Internacional de Béisbol celebrada en el estadio Denis Martínez, ubicado en Managua, la capital pinolera.

Más allá de las victorias conseguidas con marcadores de 6x4, 7x1 y 6x3, que calman un poco nuestra sed de triunfos, la confrontación fue excelente oportunidad para probar al núcleo del equipo que nos representará en los Juegos Centroamericanos y del Caribe de Barranquilla.

Cuba pudo enfrentar y valorar de cerca a uno de sus rivales directos en la cita regional colombiana. Y recordemos que los nicaragüenses fueron sus contrincantes en la final de Veracruz 2014, historia que bien pudiera repetirse cuatro años después.

Además, el elenco mostró la combatividad requerida para remontar el marcador cada vez que comenzó o estuvo debajo.

LA SERIE POR DENTRO

Estos tres juegos sirvieron para ratificar la enorme calidad de algunos peloteros que parecen “sembrados” en el equipo a los Centrocaribes. Roel Santos demostró una vez más que es el mejor hombre proa de la pelota cubana, al batear de 15-7 y compilar para astronómico 466.

Aunque Frederich Cepeda no estuvo bien a la ofensiva (9-2), demostró su excelente disciplina en el home, al recibir cinco boletos y conectar el indiscutible más importante de Cuba, con el cual se empató el tercer juego en la novena entrada, cuando su equipo estaba a dos outs de la derrota.

Lázaro Cedeño probó, al ganar el derby de jonrones (16) previo al tercer partido, que sus 20 batazos en la temporada regular cubana no fueron obra de la casualidad. Otra vez aprovechó el resquicio dado y se ganó la titularidad, al batear de 4-4 en el segundo juego.

El granmense conectó el tubey decisivo en la décima entrada del tercer duelo. Y si el antesalista oriental no entraba en los planes de muchos, debido a sus carencias defensivas, ahora ha lanzado con fuerza su candidatura rumbo a Barranquilla. Cuba carece de hombres de poder, y el muchacho se pinta como un slugger necesario en cualquier selección.

El capitalino Juan Carlos Torriente y el avileño Raúl González le aportan gran versatilidad al equipo y muchas variantes al director de turno. El capitalino jugó en dos posiciones (segunda y tercera bases) y estuvo bien a la ofensiva, al pegar de 8-4 para 500. El avileño no estuvo fino con el madero, pero respondió como emergente por Frank Camilo Morejón cuando el equipo lo necesitaba en el duelo del cierre.

Los lanzadores Alain Sánchez, con excelente relevo de 4,1 innings, sin permitir carreras en el primer juego; y Bladimir Baños, autor de seis sólidas entradas como abridor el segundo día, con una sola carrera permitida, probaron que merecen protagonismo en cualquier cuerpo de serpentineros que represente a la Isla en eventos internacionales.

Los únicos lanzadores con más de una salida al box fueron los relevistas Vladimir García y José Ángel García. El primero preservó con salvamentos el primer y tercer partidos, sin tolerar carreras en tres entradas de actuación. El “Barbero de Guanajay” tampoco permitió libertades en función de cerrador el segundo día, y limitó ofensivamente a los pinoleros en el último choque, para que no aumentaran la ventaja. Bien pudieran repetir en esta función en próximos partidos de este rango.

Otro aspecto positivo fue la defensa, al punto de cometer un solo error en tres partidos. Se utilizaron variantes en el infield, sobre todo alrededor del segundo cojín, y el resultado fue siempre satisfactorio, al punto de que el sábado se facturaron cinco doble plays. Por otro lado, en la jornada dominical los lanzadores hicieron gala de una excelente mecánica defensiva, pues entre el villaclareño Fredy Asiel Álvarez y el camagüeyano Yariel Rodríguez sumaron seis asistencias.

Si bien la ofensiva nica no es el mejor medidor para nuestro staff, este exhibió —salvo contadas excepciones— muy gratas faenas, al solo permitir ocho carreras limpias en 28 entradas, para un excelente PCL de 2,57.

Estos aspectos deben tenerse en cuenta rumbo a futuros partidos preparatorios.

¿DUDAS EN EL TINTERO?

Quedan varias incógnitas por resolver. Los dos lanzadores zurdos, Misael Villa y Ulfrido García, no estuvieron finos en sus salidas. Yoanny Yera, contratado en Panamá, parece ser el único siniestro garantizado para los Centrocaribes, toda vez que las demás opciones no han ofrecido las garantías necesarias.

Este Duero, junto al granmense Leandro Martínez y el holguinero Luis Ángel Gómez, tendrán que demostrar su valía en los partidos de preparación restantes (por suerte muchos) para ganar su inclusión en el plantel que asistirá a tierras cafeteras.

Lázaro Blanco, el as de la rotación cubana, tuvo una mala salida el primer día, al no pasar de la segunda entrada, lo que denota cansancio tras una larga temporada que lo vio brillar en la Liga Can-Am  y con Granma en la parte final de nuestra temporada.

El derecho de Yara evidenció su clase con dos excelentes aperturas en la Serie del Caribe, pero al parecer exige un descanso para llegar listo al compromiso fundamental del año.

Ni Yordan Manduley ni Alexander Ayala estuvieron en su máximo esplendor ofensivo, lo que deja en suspenso la elección de un regular rumbo a los venideros topes. No obstante, deben ser ellos los torpederos de Cuba para la fiesta regional.

Fredy Asiel cumplió con la oportunidad dorada que le brindaron. Tuvo una presentación de cinco entradas, en las que solo aguantó una carrera e igual cifra de hit, con cuatro ponches propinados. Eso le brinda opciones de cara al futuro. El diestro villaclareño, sumamente inestable en su rendimiento en los últimos años, tiene que demostrar aun su real valía si desea repetir en el principal elenco cubano.

La Serie Internacional Cuba-Nicaragua dejó buenos dividendos y regaló un adelanto de lo que pudiera suceder dentro de cinco meses, en una lid regional que se presume bien reñida.