LOS ESTUDIOS sobre el talento deportivo pretenden identificar cuáles son los aspectos que determinan la excelencia en el deporte. Su detección temprana no asegura el éxito total, puesto que el desarrollo de los atletas es un proceso influido por una multitud de factores (Sáenz-López, Ibáñez, Giménez, Sierra & Sánchez, 2005; Sáenz-López, Feu & Ibáñez, 2006).

Frente a la opinión de la importancia genética, surgen otras que conceden especial relevancia al entrenamiento sistemá- tico, al desarrollo de un programa formativo, a la correcta utilización de la competición, a la supervisión de los factores sociales, etc. (Singer & Janelle, 1999; Williams & Reilly, 2000; Baker, Horton, Robertson-Wilson & Wall, 2003).

Los deportes están agrupados según sus características. En el caso de los colectivos pertenecen a los llamados juegos deportivos, en que su móvil es un balón o pelota, de ahí que reciban el calificativo de deportes con regreso del balón, ya que todos ellos tienen esta peculiaridad.

Estas disciplinas llenan los graderíos en cualquiera de sus manifestaciones, léase balonmano, béisbol, voleibol, fútbol y rugby, atrayendo a miles de espectadores a la cancha y a muchos más mediante medios masivos como la radio y la televisión.

También resalta su complejidad para entrenar, ya que los especialistas deben situar al mismo tiempo la mejor predisposición para el rendimiento de un partido determinado.

Si esto es difícil, lo es mucho más la coordinación de la preparación técnica, táctica, física y competitiva de 12 o más jugadores en las distintas capacidades en que se apoyará, sin lugar a dudas, parte de ese rendimiento deseado y que pocos lo encuentran en el momento y lugar adecuados.

La mayoría de estos deportes tienen aspectos comunes: un ejemplo es la necesidad que manifiestan de utilizar los lanzamientos y saltos para realizar tanto una acción motriz como técnica o táctica. Se demuestra en béisbol, baloncesto, balonmano, bádminton, voleibol, tenis de campo y de mesa, en que la acción de atacar con un implemento (o no) se asemeja al movimiento de lanzar, siendo acompañado en ocasiones por un salto.

La saltabilidad tiene una influencia marcada en la mayoría de estas manifestaciones deportivas. En algunos casos es utilizada como parte de la preparación general y en otros como especial, permitiéndonos ganar en potencia en la musculatura de las piernas, de ahí su importancia para el desarrollo.

Por ello, este fundamento cada día es más utilizado en el mundo del alto rendimiento, con el método Pliométrico. Con la ayuda de ejercicios pueden mejorarse la rapidez y fuerza, aspectos importantes para saltar lo más alto y largo posible. La Pliometría puede lograrlo porque los ejercicios del tren inferior crean gran cantidad de fuerza muy rápido.

A parte del fortalecimiento de los músculos, la Pliometría también logra capacitar a las neuronas, al convertirlas en “expertas” en la contracción. Cuando están capacitadas, solo basta una contracción fuerte y rápida para saltar tanto como sea posible. Además, las conexiones neuromusculares son más eficientes a través de la ejecución repetida de los ejercicios pliométricos. (Cometti G., 2002)

Hasta hace muy poco tiempo el entrenamiento estaba basado en el rendimiento del deportista, muchas veces guiado por patrones extraídos del atletismo. Incluso para las disciplinas colectivas, el entrenamiento solo consideraba situaciones de carácter basados puramente en la mejora individual del jugador, y obviaba aspectos de gran importancia como la cooperación, la coordinación de las acciones técnicas, la toma de decisiones, la resolución de los problemas que se derivan del juego, etc.

A su vez, la interacción esencial entre los diferentes factores del entrenamiento —la preparación física, técnica y táctica— se consideraba una al margen de la otra.

Desde un tiempo a esta parte, afortunadamente, se han propuesto algunos modelos en que se desmarca el entrenamiento de los deportes individuales del de los colectivos. Así han aparecido diferentes tratados especializados en el entrenamiento específico de distintos deportes de equipo.

Lógicamente, aunque existen factores que diferencian un deporte de otro, resulta evidente que concurren aspectos comunes para todas las modalidades colectivas.