Sancti Spíritus.- EL ROSTRO de Rosa Elena Alba todavía se entristece cuando habla de los estragos causados por el huracán Irma en la polivalente Yayabo, insignia del deporte en esta urbe cubana.

La directora de la instalación fundada hace 26 años vivió ahí los embates del fenómeno y conoce al detalle cuánto golpea aún que este arrasara con parte de la cubierta, más allá de inutilizarla como escenario competitivo.

«Ahora las lluvias impactan directamente en zonas del tabloncillo y gradas, desde donde se filtran hacia espacios situados debajo de estas», precisa mientras muestra tales “huellas” en gimnasios y otros segmentos de la edificación.

«Las afectaciones generadas por la humedad son significativas en el falso techo, paredes y estructuras metálicas», puntualiza tras destacar la respuesta de los 37 trabajadores que evitaron males mayores.

Y tras evocar lo sucedido ofrece detalles sobre la colocación de nuevas tejas metálicas, iniciada hace unos días: «Contamos con todos los recursos a pie de obra y el trabajo es acometido por una brigada especializada de la fábrica de cemento Siguaney». 

Lo planificado es hacerlo por etapas, para cubrir inicialmente las áreas despojadas del techado y sustituir después el que resistió», puntualiza Alba, quien aclara que  ese quehacer será complementado con el mantenimiento de las estructuras que le soportan.

Con ese mensaje de optimismo despidió JIT a quienes se empeñan en devolver su esplendor a la sala fundada en 1991,  actual pilar para la práctica de disciplina como baloncesto, lucha, judo, levantamiento de pesas y gimnasia artística.

El siguiente destino fue un gimnasio del combinado deportivo Mártires de Barbados, donde su director Carlos Iglesias aportó cifras importantes como que son más de 28 mil las personas vinculadas a sus servicios.

«El objetivo principal es contribuir a elevar la calidad de vida de la población», significa, y agrega que su fuerza técnica posibilita la práctica de 12 deportes y diferentes programas de la cultura física.

El diálogo se produce a solo metros de las plataformas sobre las que varios esgrimistas cubren sus entrenamientos, e igualmente cerca del pequeño campo de tiro surgido gracias a la infatigable dedicación del profesor Carlos Enrique Arcia.

«Es el resultado de nuestra iniciativa, y garantiza las condiciones elementales para el trabajo con los 12 niños y seis atletas discapacitados a quienes atiendo», narra el técnico con más de tres décadas de experiencia.

«Todo depende del esfuerzo para mantener activas algunas armas con muchos años», asevera con sano orgullo, respaldado por aportes a la EIDE, la conquista de preseas en lides nacionales para discapacitados y la presencia de la fusilera Lisbet Rodríguez en la preselección élite de la Isla.

«La principal motivación es el interés de los alumnos», dice este innovador, árbitro y eterno enamorado de un deporte que considera parte de su vida.

Del sentido de pertenencia imperante en sus colectivos y el apoyo de las autoridades del territorio también son fruto el remozamiento de otros espacios como la sala Yara, convertida en excelente anfitriona del torneo nacional de boxeo Playa Girón ante la imposibilidad de utilizar la Yayabo.

Varios gimnasios que respondieron a las demandas de entrenamientos para esa lid expresan igualmente un quehacer llamado a multiplicarse durante el 2018, tal como sucedió con el Garaita y el enclavado en el combinado Eduardo García.

Su director Jesús Macola insiste allí en lo que significan esas instalaciones y el trabajo en general de la fuerza técnica y los activistas de un territorio decidido a sumar otros pasos por el desarrollo deportivo y la mejor calidad de vida de sus habitantes.