La Habana.- LA SEGUNDA fase de la 57 Serie Nacional de Béisbol vivió ya sus primeras tres confrontaciones bilaterales, y el rumbo de los acontecimientos dentro y fuera de los diamantes no puede ser más llamativo.

El domingo último, los Leñadores tuneros dirigidos por Pablo Civil se encaramaron en la cima del torneo, luego de asestarles un par de derrotas a los Leones de Víctor Mesa en su propia “sabana”, el bien colmado estadio Latinoamericano.

Sin embargo, la noticia del momento es el tremendo paso de los Alazanes de Granma, quienes tras el reinicio de las hostilidades han conseguido siete triunfos en nueve salidas y parecen trotar hacia la reedición de su corona nacional.

El experimentado Carlos Martí, aunque circunspecto, no puede ocultar la satisfacción por el rendimiento de sus muchachos. Y sabe además que desde finales de este mes o en diciembre podrá contar con los servicios del “caballo mayor”, el toletero Alfredo Despaigne, flamante campeón de la Serie de Japón con los Halcones de Softbank.

La otra cara de la moneda muestra a Pinar del Río e Industriales, elencos de destacada actuación en la etapa inicial de la campaña, pero que desde el 26 de octubre a la fecha solo sonrieron par de veces en nueve juegos.

Los capitalinos no enfrentan lo que llamaríamos una crisis. Por ahora su problema no pasa de ser una mala racha, toda vez que se ubican segundos de la tabla. Pero los vegueros, por el contrario, han resbalado tanto que ahora mismo comparten el quinto escaño con los Cazadores artemiseños, quienes luego del play off de comodines siguen ganando más de lo que pierden.

En este trance del campeonato no hay dudas de que se está jugando una mejor pelota; que la rivalidad eriza la piel y que los aficionados se sienten atraídos al punto de “pagar” la entrada y encender el televisor. Corroborarlo apenas exige mirar hacia las gradas o revisar las estadísticas sobre los visitantes que llegan a los parques.

Contradictoriamente, y por esos secretos de la pelota, cinco de las nueve subseries desarrolladas hasta ahora terminaron por barridas, y en apenas 25 choques se han propinado cuatro nocauts.

Las Tunas lidera la ofensiva en esta segunda fase (309), pero lo más importante es que anota y empuja la mayor cantidad de carreras (48 y 43). Y así, ya sabemos, es como se ganan los partidos. Los granmenses batean mucho menos como colectivo (260), pero han pisado la goma lo suficiente (43).

Los bates azules y verdes andan ciertamente  anémicos, con averages de 244 y 212, respectivamente, y cifras de extrabases (14 y 11) y anotaciones (27 y 25) también exiguas.

En el área del pitcheo los dígitos explican mejor el agradable paso de los orientales, nótese que los staff granmense y tunero lanzan para PCL de 2.74 y 3.46, por ese orden; al tiempo que maniatan las alineaciones rivales hasta 260 y 231, este último un dato más que sorprendente.

Lo absurdo en este acápite es que los serpentineros de Pedro Luis Lazo, a priori el principal conglomerado del torneo, esté siendo tan castigado. Y lo explicamos en síntesis: trabaja para 5.54 PCL, le batean 313, con 24 extrabases incluidos; y ha regalado más boletos que ponches (54-39).

En cuanto a la dotación de José Elósegui, por cierto, también cabe decir que anda con serios “falleteos”. Si bien es cierto que le conectan para 272, su efectividad es mala (5.67) y el balance entre estrucados y transferidos peor (36-63).

Nos hemos referido en lo fundamental a estos cuatro conjuntos que significan ahora mismo los polos opuestos de la contienda. Sin embargo, para muchos conforman la cuarteta favorita para llegar a los play off y disputar la corona.

Finalmente, comoquiera que estamos en tiempos de refuerzos, les dejamos con una tabla que ilustra levemente lo que estos han aportado a sus nuevas causas. Dos más dos se acerca bastante a cuatro. Hoy se reanuda la fiesta.