La Habana.- LA 57 Serie Nacional de Béisbol arrancará el próximo sábado en Bayamo, la capital de los Alazanes de Granma, vigentes campeones de Cuba. La fiesta inaugural tendrá como otros protagonistas al plantel de Villa Clara y a la afición que de seguro colmará el parque Mártires de Barbados.
Una jornada después se desatará el certamen a lo largo y ancho de la Isla, con el inicio de otras siete subseries que colocarán en escena a todos los aspirantes a la segunda etapa en primer término, y a la postemporada más adelante.
Tras discretos y hasta adversos resultados en la arena internacional durante el presente año, el clásico doméstico arrancará con la meta de atraer a los fanáticos y llevarlos a los estadios, pero sobre todo con la de demostrar la vitalidad de la pelota cubana.
Otra vez serán 16 los elencos que comiencen la porfía, ante las máximas de que cada territorio esté representado, acoja el principal espectáculo deportivo del país y disponga de ese escalón de desarrollo para los peloteros que se forman en la base y ya relucen en las categorías juvenil y sub-23.
La selección de refuerzos para la segunda fase y la disputa de las preseas garantizará el paulatino aumento de la calidad dentro de la justa, a lo que se sumará otra vez, como elemento motivador, la posibilidad de que el campeón asista a la Serie del Caribe en representación de la Liga y la nación.
Como es lógico, ya se habla de los favoritos a la corona y retumban en nuestros oídos las alusiones a Granma, Ciego de Ávila, Industriales y Pinar del Río, mas se trata de debates prematuros que pueden estrellarse contra la realidad del terreno y algún que otro suceso inesperado.
No obstante, muchos esperan que los llamados “cuatro grandes del béisbol cubano” se midan esta vez en el segmento decisivo, tras una campaña 2016-2017 en la que solo Villa Clara (4to.) ancló en la avanzada. Industriales, Pinar y Santiago quedaron ubicados en los puestos 10, 11 y 14, por ese orden.
También se escucha el criterio de que esta será una temporada de mánagers, pues Pedro Luis Lazo asume las riendas de Vueltabajo; Víctor Mesa se muda a la capital; Víctor Figueroa tratará de mantener los positivos resultados de Matanzas; Roger Machado sigue al frente de los Tigres; Carlos Martí timoneará de nuevo al monarca y Orestes Kindelán buscará su más importante “jonrón”: sacar del letargo a las Avispas.
Todas esas nominaciones despiertan pasiones, encierran magia y cierta cuota de morbo; son sin dudas elementos atractivos, pero la mayor atención seguirá estando en lo que ocurra entre las líneas, con protagonistas jóvenes y consagrados llamados a entregarse al máximo en cada partido, para convertirse en esos ídolos que llenan graderíos y enamoran a los más chicos.
Otra vez nos descubriremos escudriñando las estadísticas en busca de líderes, récords, curiosidades e indicadores que delaten en que aspectos se avanza y en cuáles no.
El pasado año, por ejemplo, se bateó colectivamente para elevado 293; los lanzadores permitieron casi cuatro carreras limpias por choque y regalaron demasiados boletos (2070); en tanto la defensa exhibió discreto balance de 975. Mejorar esos y otros renglones está en la mira de los colectivos técnicos de cada provincia.
Ganar a toda costa no puede ser la única aspiración. Urge que nuestros peloteros muestren buena condición física y gran disciplina, se entreguen sin límites y demuestren sobre la grama maestría en lo técnico y lo táctico.
La velocidad, control, repertorio, rotación y especialización de los serpentineros; hacer swing a lanzamientos en zona bateable, tocar la bola, colocar la velocidad en función de la ofensiva y hacer jugadas cuando corresponda son de las demandas más importantes de estos tiempos.
La voz de play casi se escucha y JIT deja a sus lectores con algo más que estas consideraciones. Revise las nóminas y el calendario, recuerde a los campeones del pasado y sepa dónde encontrar toda la información de una Serie que, sin complejos, vuelve a dar la cara a amantes y detractores.
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