Foto: Armando Hernandez
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Camagüey.- EL PUEBLO camagüeyano y el deporte en general prolongaron su tristeza este 29 de noviembre porque, aparejado a la pérdida física del Comandante en jefe Fidel Castro, despide en un emblemático inmueble de la ciudad a uno de sus más excelsos boxeadores: Adolfo Horta Martínez, quien falleció a los 59 años.
Alrededor del ataúd resguardado por la enseña nacional, defendida por “El hombre del boxeo total” en tantas lides, se conglomeraron personas de todas las edades, sexos y creencias movidos por el cariño, la entrega, la razón de recordar una vez más los combates, de evocar, simplemente, las razones que le hicieron grande en Cuba y en el mundo.
Quizá las diferencias entre dos disciplinas como el boxeo y el béisbol sean notables pero, hay atletas como el pelotero agramontino Alexander Ayala, que reducen la distancia a una fraterna amistad: “Fuimos grandes amigos y durante mi carrera deportiva me apoyó como lo hiciera un hermano mayor. Él siempre estuvo para mí”. La mirada oblicua del cuarto bate buscó el piso. Reflejó con claridad su dolor.
Detrás de sus espejuelos el exboxeador y amigo cercano de Horta, Bernardo Comas Aguilera, escondía apenas unos ojos vidriosos, los mismos que apreciaron a su colega del ring plenamente, a un hombre que definió como “un caballero en todo el sentido de la palabra”.
Horta aprovechó las oportunidades que tuvo sobre el cuadrilátero y con sus puños conquistó disímiles lauros como los campeonatos mundiales de 1878, 1982 y 1986.
A pesar de su partida física no podemos hablar de él en pasado porque su ejemplo será una motivación para los boxeadores de la nueva generación y de las venideras.
Sus restos mortales han sido depositados en la necrópolis de la ciudad. (Tomado de Adelante)
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