Foto: Mónica Ramírez

Cienfuegos.- CUANDO Mercedes Sarría cambió el voleibol por la recreación tal vez no imaginó las experiencias por descubrir, cuánta alegría transmitiría a niños y abuelos, y que encontraría  en ese frente la mejor forma de realizarse en su profesión.

Integró equipos juveniles del deporte de la malla alta y ya cumplió los 56 años, pero asegura sentirse de 40 y quienes le conocen no lo ponen en duda, sobre todo cuando “entra en acción” en el Consejo Voluntario Deportivo que preside.

El Consejo Popular La Barrera, en la periferia de esta ciudad sureña, y en especial la casa de abuelos y la escuela Pedro Suárez Oramas, son sus centros de “operaciones”, asientos del proyecto que por varios años ha sido vanguardia provincial.

«Esta es una ludoteca comunitaria, pero también tenemos la versión escolar en centros de estudio, entre dos y cuatro de la tarde con distintos grupos», explicó a JIT en una de esas jornadas en que los niños se convierten en dueños de la noche.

Bingo con animales y plantas, ajedrez, dama polonesa y rompecabezas con figuras geométricas ideado por ella ocupaban las mesas dispuestas en un área techada que en las sesión matutina es dominio de los abuelos.

«Trabajamos sobre todo los sábados y domingos en las mañanas, pero también aprovechamos el horario nocturno para convocarlos», comentó mientras ayudaba a los infantes que reclamaban su atención para definir una posible movida errónea en el ajedrez.

Tras graduarse de Licenciada en Deportes, Mercedes pensó que enseñar voleibol sería su mundo, pero en determinado momento  las escaseces deprimieron la práctica de la disciplina en la provincia y le surgieron nuevos horizontes.

En 1999 activó la mencionada ludoteca, primero dentro de las escuelas y más tarde extendida a la comunidad, y terminó por  involucrar a los abuelos que antes se limitaban al dominó como principal fuente de entretenimiento.

«Con ellos organizo muchos juegos tradicionales y de mesa, y hasta programas A Jugar, porque aunque no pueden correr o saltar, caminamos y esa es otra forma de ponerse en movimiento», argumentó con especial brillo en sus ojos, muestra de cuánto le ilusiona esa labor.

«He tenido hasta un abuelo de 100 años que se integraba a todo, y muchos de los actuales están cerca o pasaron los 80», narró orgullosa antes de mencionar los juegos de adivinanzas y la frase a completar como otros de los momentos más disfrutados en el colectivo.

«Eso les ayuda mucho a mantener la menta activa y es un forma eficaz de luchar contra el Alzheimer, algo que todos agradecemos», añadió con una sonrisa amplia, como quien recuerda que avanza hacia la tercera edad, aunque la energía que desborda es inmensa.

Planes de la calle, festivales recreativos, desfiles de modas y una comparsa que también dirige son otras variantes para mantener activa a la comunidad donde nació y con que se siente comprometida.

«Mi esposo y mi niño, que ya no lo es tanto, pues trabaja en ETECSA, me ayudan con todas estas iniciativas y hasta a fabricar los medios», indicó en relación con los juegos de argollas o los antes mencionados rompecabezas que salen de sus propias manos.

La tutoría de estudiantes de Cultura Física y guiar un círculo de interés de dama polonesa completan la agitada vida de esta mujer, ejemplo de los miles de seres anónimos imprescindibles para mantener vivas las conquistas del movimiento deportivo.

«Me encanta la recreación y aquí me voy a retirar, e incluso cuando me llegue la edad sé que voy a mantenerme activa», adelantó esta genuina cubana.