EL PERÍODO entre los campeonatos mundiales se redujo de cuatro a tres años y en 1989 Moscú le abrió sus puertas a la quinta edición.

En la jornada del adiós el mosca Pedro Orlando Reyes causó heridas en el rostro del local Yuri Arbachakov, pero imperó la regla que precisa acudir al acumulado de los jueces ante la detención del pleito y el árbitro alzó la mano al europeo.

Fue la segunda derrota de la isla después que el minimosca estadounidense Eric Griffin dejara en plata a Rogelio Marcelo, y aunque más tarde se impusieron el gallo Enrique Carrión, el ligero Julio González, el pesado Félix Savón y el supercompleto Roberto Balado, la dotación anfitriona lideró.

Su lista de monarcas llegó a cinco, pues además de Abachakov reinaron el pluma Ayrat Chamatov, el ligero welter Igor Ruchnikov, el ligero mediano Israel Akopkochian y el mediano Andrei Kurniavka.

Este último aventajó inesperadamente por la faja a Ángel Espinosa, velada igualmente adversa para el semicompleto Pablo Romero, víctima del alemán Henry Maske en otro desenlace de importancia para el revés por países.

EL DESQUITE de los alumnos de Alcides Sagarra llegó con botín de 4-2-3 en la linda ciudad australiana de Sydney, donde Bulgaria (2-1-2) y Alemania (2-1-1) también antecedieron en medallas a la Unión Soviética (URSS/1-4-2).

Savón se agenció su tercer cinturón y la isla encabezó además el ordenamiento por unidades gracias a 50, con la URSS como escolta principal (33) y Alemania (28) después.

El welter Juan Hernández Sierra, el ligero mediano Juan Carlos Lemus y Balado completaron los asaltos a la cima de los caribeños, entre cuyos subtitulares volvió a estar Marcelo, nuevamente superado por Griffin.

La plateada restante fue de Carrión, destronado por el astro búlgaro Serafín Todorov, y en escalones inferiores cerraron el pluma Arnaldo Mesa, por tercera vez en ese sitio, el ligero welter Candelario Duvergel y el mediano Ramón Garbey.

El ligero welter Konstantin Yzyu aportó la única dorada de la URSS, el ligero Marco Rudolph y el semipesado May Torsten brillaron desde las filas germanas, el húngaro Istvan Kovacs dominó entre los moscas, el búlgaro Kirkor Kirkorov lo hizo como pluma y el italiano Tommaso Russo lo imitó en los medianos.

EL ESCENARIO de la siguiente porfía fue Tampere, capital de Finlandia, donde las acciones se desarrollaron del 7 al 16 de septiembre de 1993, Savón accedió a su cuarto dominio y Cuba totalizó ocho.

El astro selló el tránsito hacia la cima con éxito sobre el georgiano Georgi Kandelaki en velada que también dejó alegrías de oro para sus compatriotas Waldemar Font (51), Damián Austin (60), Héctor Vinent (63,5), Juan Hernández Sierra (67), Ariel Hernández (75) y Garbey, subido a los 81.

Fue el escenario donde Balado alzó su tercer cetro como confirmación de una jerarquía solo interrumpida por la muerte que le llevó en julio del siguiente año a causa de un accidente automovilístico.

La armada cubana intentó otros tres metales áureos, pero Casamayor (54), Carrión (57) y Alfredo Duvergel (71) cedieron a manos de los búlgaros Alexander Christov y Serafim Todorov, y el rumano Francisc Vastag, respectivamente.

En la final de los 49 kilos el armenio Nachan Munchian dispuso del búlgaro Daniel Petrov y añadió a su país a la relación de medallistas de oro.

SEIS naciones llegaron al centro del estrado en Berlín´95, cuando repitieron Vinent, Hernández Sierra, Ariel y Savón, quien en la fecha del adiós rompió las ilusiones de la afición local al pasar sobre Luan Krasniqi Vastag se confirmó verdugo de Duvergel y el estadounidense Antonio Tarver dispuso de Diosvani Vega (81), el otro cubano quedado en plata como parte de una colección completada con los bronces de Juan Ramírez (48), Raúl González (51) y Pablo Rojas (60).

Los otros monarcas fueron Petrov (48), el anfitrión Zoltan Lunka (51), el ruso Raimkul Malachbekov (54), el búlgaro Serafim Todorov (57), el rumano Leonard Doroftei (60) y el también ruso Alexey Lezin (+91), quien despachó por la supremacía al ucraniano después estrella profesional Vitali Klichko.