ENTRE las acciones vinculadas al entrenamiento de la táctica deben priorizarse el estudio de los reglamentos y la experiencia de los atletas destacados en ese campo. 

Igualmente la evaluación y el dominio de habilidades individuales, de grupo y de equipo ante diferentes situaciones tácticas  y contrarios, así como la aplicación rápida y oportuna de acciones tácticas en combinación con elementos técnicos, según el nivel del oponente.

También tienen demostrado peso el análisis de los resultados de diferentes competencias, la formulación de un estilo individual para conducir la lucha competitiva, y el conocimiento de las condiciones de las instalaciones de competencias.

Similar atención demandan la definición de los métodos y medios a utilizar  para  el aprendizaje de los sistemas tácticos individual, de grupo y de equipo, y el análisis poscompetencia de los errores y aciertos tácticos detectados en función de los sistemas aplicados.

Fisiológicamente la táctica se presenta con un alto nivel organizativo del cerebro, provocando indefinidamente activos procesos nerviosos y síquicos en relación directa con el mundo material y objetivo en forma de conceptos,  definiciones y teorías.

Y predomina una necesaria y correcta utilización de los  métodos y medios durante una competencia.

Para su entrenamiento puede transitarse de las partes al todo, del todo a las partes, de lo fácil a lo difícil, de lo simple a lo complejo, de competencias y de juegos, e insistir en las repeticiones.

El método de competencia y de juegos para el desarrollo de la táctica tiene entre sus características que regula y compensa las energías potenciales del deportista, y desarrolla la resistencia cuando los juegos se repiten de forma continua.

Desarrolla la agilidad cuando tienen elementos de coordinación, equilibrio, orientación y capacidades coordinativas, y deviene acción esencial de interacción, socialización y desarrollo de las estructuras del pensamiento, influyendo en la formación de la personalidad del deportista.

Es fundamental en la formación y desarrollo integral del carácter y la voluntad de vencer del deportista, posibilita la incorporación de todos los órganos y sistemas durante la ejecución del juego y desarrolla el pensamiento táctico para lograr respuestas inteligentes en la resolución de diversas y complejas acciones, así como la imaginación y las posibilidades sicomotoras durante la ejecución de los movimientos.

También eleva el nivel de reacciones efectivas, formando valores intelectuales y estéticos, la autodeterminación, la voluntariedad, el autocontrol, la disciplina, la perseverancia, el valor, el amor al trabajo, la conducta y la comunicación colectiva.

Por otra parte, estimula los conocimientos del lenguaje, de la actividad creadora y propicia estados emocionales positivos.