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La Habana.- LA HISTORIA del remo en Juegos Panamericanos tiene en su cima al cubano Ismael Carbonel Samé, dueño de 12 medallas que le convierten en el más laureado exponente de esa disciplina.

Nació el 5 de febrero de 1959 en la oriental provincia de Santiago de Cuba y debutó en las citas multideportivas del continente en la versión de San Juan´79, cuando apenas llevaba meses en el equipo élite de la isla.

Sin embargo hizo valer las potencialidades con que brilló desde categorías inferiores e integró la tripulación  coronada en la prueba de cuatro remos largos sin timonel, una de las tres tituladas por los cubanos en aquella lid.

Sus siguientes dos presentaciones en las citas deportivas más importantes de América volvieron a acogerle como monarca: en Caracas´83 como compañero de Danilo Mora y el timonel Enrique Castillo, y en Indianápolis´87 en la misma modalidad que le vio ganar en aguas puertorriqueñas.

La conquista de tres cetros emergidos de mucha dedicación habría bastado para asegurarle un escaño entre las estrellas de esas justas, pero su encumbramiento llegó como regalo a la afición que todavía le admira.

Ningún escenario como el de La Habana´91 para que el estelar atleta cosechara cuatro medallas de oro más: dos remos largos sin timonel, cuatro remos largos con timonel, cuatro remos largos sin timonel y ocho remos largos con timonel.

Pero no es esa colección dorada el recuerdo que más atesora de aquellas jornadas en que Cuba desplazó por primera vez a Estados Unidos de la vanguardia general por naciones.

«Para mí fue un momento inolvidable recibir tres de las cuatro medallas que alcancé en esos juegos, de manos del Comandante en Jefe, Fidel Castro, poder conocerlo y estrechar su mano es el recuerdo más importante de mi vida como deportista», dijo después.

Carbonel también fue grande en Juegos Centroamericanos y del Caribe (12-1-0) y formó parte de una excelente labor en los Juegos Olímpicos de Barcelona´92.

«Quedó para la historia el quinto lugar en el doble con timonel, pues fuimos los primeros latinos finalistas a ese nivel, mérito que compartí con Arnaldo Rodríguez y nuestro querido maestro y timonel Roberto "Waco” Ojeda, tristemente desaparecido», sentenció.

Reconocido por su entrega al deporte y ejemplo de comportamiento integral este hombre que también incursionó en otros eventos de primera fuerza forma pareja en la vida con la igualmente exremera Mayra González.

Ella fue séptima en la fiesta olímpica de Sydney´00 y exhibe tres títulos en Juegos Panamericanos, donde también logró una presea de plata y seis de bronce, así que las alegrías fueron justamente compartidas.