La Habana.- UNA OVACIÓN convertida en premio a la destreza de sus anfitriones coloreó los minutos finales de la estancia disfrutada hoy en la Escuela Interarmas General Antonio Maceo, Orden Antonio Maceo, por miembros de la delegación cubana a los Juegos Panamericanos de Toronto.
No evitó la lluvia que un grupo de cadetes exhibiera maestría en ejercicios de defensa personal como cierre de dos horas marcadas por el ambiente de familiaridad surgido desde que el director del centro, General de Brigada Beiler Frómeta, diera la bienvenida a cada uno de los visitantes.
Intercambios enriquecedores propiciaron que unos y otros conocieran más sobre las trincheras desde las que defienden la Patria, y otra vez el deporte cubano creció más allá de los escenarios competitivos, fiel a la obra de que es fruto.
«Es un honor que estén con nosotros, y desde ya les deseamos que ganen muchas medallas», dijo una de las anfitrionas durante el recorrido que incluyó aulas especializadas, polígonos de adiestramiento y otras áreas en las que se preparan futuros y actuales oficiales.
«Gracias», respondieron a manera de coro espontáneo pentatlonistas, gimnastas rítmicas, baloncestistas, balonmanistas y hockistas que hasta “condujeron” un tanque o “dispararon” desde simuladores que facilitan las prácticas de esas acciones.
Aunque los directivos del centro insistieron en que las condiciones del tiempo impidieron un acercamiento mayor a la obra de que hablan justamente orgullos, sus huéspedes coincidieron en agradecerles la oportunidad.
Segundos antes de emprender el regreso a los entrenamientos llegó la simbólica entrega de un cuadro con la imagen de la institución, colocado en manos de Leidy Laura Moya y Yamara Amargo, y otra vez los aplausos se erigieron en muestra de gratitud. I cheated on my wife read here women looking to cheat
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