LA CULTURA física profiláctica y terapéutica en el adulto mayor tiene como finalidad evaluar su calidad de vida, estado de salud, nivel de independencia en las actividades de la vida diaria y socialización con las personas en su medio.
Ello implica una entrevista y examen del estado de las cualidades físicas para llevarlas a su máximo desarrollo, sobre todo aquellas que tienden a deprimirse durante el proceso de envejecimiento, y combinar ejercicios físicos adecuados cuando existen enfermedades asociadas a este proceso involutivo, con el objetivo de coadyuvar con la terapia farmacológica.
Por eso el ejercicio físico debe ser supervisado, aplicado y adecuado a las necesidades profilácticas y terapéuticas de cada cual.
Deben realizarse en las primeras horas de la mañana, después de haber desayunado e ingerido el medicamento indicado por el médico de asistencia y manteniendo durante la clase su pulso de entrenamiento o el correspondiente a la frecuencia cardiaca submáxima.
Es importante controlar la tensión arterial al inicio y al final de la sesión, realizar un acondicionamiento físico previo y relacionado con la clase a realizar, y consumir el agua necesaria en el momento requerido, siempre a la temperatura ambiental.
También debe tenerse en cuenta el uso de ropa holgada y limpia, y calzado cómodo, así como informar al docente al frente de la clase si se percibe algún síntoma o signo desacostumbrado y marcharse del área de clases solo después de una recuperación adecuada.
Las clases deben incluir acciones destinadas a desarrollar capacidad aeróbica, fuerza general, coordinación neuromuscular y equilibrio, y tener en cuenta los ejercicios prescriptos para quienes padecen determinadas enfermedades.
Se recomiendan además los ejercicios que desarrollen ventilación adecuada, las técnicas de relajación sicofísica y los juegos promotores de la socialización de los participantes.
Es bueno que al concluir las clases se realicen intercambios de opinión sobre temas de actualidad nacional e internacional y favorecer horarios en los que puedan participar la mayor cantidad de personas.
Son muy positivas las experiencias vinculadas a la incorporación a la Universidad del Adulto Mayor, un marco apropiado para fortalecer en forma teórica los conocimientos sobre el ejercicio físico y su contribución a la calidad de vida.
Todos estos medios contribuyen a evitar la inmovilidad, el aislamiento y las depresiones, y a vencer las barreras arquitectónicas y frenar algunas enfermedades que contribuyen a la inmovilización y encamamiento del adulto mayor.
Los estudios indican que las personas mayores que son más activas físicamente pueden responder igual o hasta mejor que otras más jóvenes en ciertas actividades físicas. Es por ello que el ejercicio se considera la modalidad de rehabilitación primaria para las primeras.
Existen retos para entender la interacción entre inactividad y salud en las personas mayores. El inicial es que el envejecimiento causa consecuencias similares a la inactividad, y el segundo es separar los efectos de la inactividad de los efectos de la enfermedad, aunque es obvio que algunos efectos del envejecimiento pueden estar directamente relacionados con la falta de actividad.
El otro es entender la diferencia entre la declinación fisiológica y la pérdida de función. Por eso lo importante de entender las consecuencias de la falta de actividad física cuando valoramos la necesidad de rehabilitación de una persona mayor.
reasons wives cheat on their husbands read here I cheated on my husband bystolic discount coupon site daliresp patient assistance
|