La Habana.- INCLUSO los negados a ver el sol deberán aceptar que a 54 años de su fundación el INDER suma suficientes motivos para enfrentar metas superiores desde una trayectoria signada por los éxitos.

Heredera de la Dirección General de Deportes encabezada desde el 13 de enero de 1959 por el capitán del Ejército Rebelde Felipe Guerra Matos, la institución nació el 23 de febrero de 1961 con el objetivo de multiplicar la prioridad asignada por la Revolución a ese sector.

Con José Llanusa como su primer presidente, el organismo concibió un régimen de participación popular constituido en base de la pirámide inclusiva que abrió las puertas a todos, en contraposición a lo sucedido antes de que Fidel y sus compañeros hicieran triunfar la Revolución.

Fue así que no pocas disciplinas rompieron las barreras de los clubes para formar parte del interés de niños y jóvenes a lo largo y ancho del país, y otras llegaron como novedades contrapuestas al estrecho círculo de lo conocido hasta entonces.

Paralelamente se trabajó en el desarrollo del capital humano encargado de la preparación de entrenadores y especialistas en la educación física, se identificó esta actividad como promotora de salud y calidad de vida, se concibió una industria productora de artículos e implementos para sustentar todo lo propuesto y se creó un departamento médico génesis de lo que ahora es un reconocido instituto.

Otro paso importante en el proceso de institucionalización impulsado por el bien de las mayorías se concretó en marzo de 1962 con la eliminación del profesionalismo, vital para la práctica ajena al mercantilismo que destrozó las ilusiones de numerosos hogares.

Como expresión concreta de una filosofía que no tardaría en reportar sus primeros éxitos fuera de fronteras surgieron en 1963 los Juegos Escolares Nacionales, todo un fenómeno generador de talentos que desde entonces alimentaron el alto rendimiento.

«(…) Y ustedes, de entre los que han demostrado vocación por el deporte, firmeza con el deporte, dentro de los que han demostrado tenacidad con el deporte, condiciones de deportistas, de entre ustedes, jóvenes hoy, saldrán el día de mañana campeones que defenderán con orgullo la bandera de la Patria en las competencias internacionales», dijo entonces el Comandante en Jefe con su habitual sentido de futuro.

Claro que el recuento podría ser mucho más abarcador, porque también merecen espacio el activismo, los planes de la calle, los CVD, los programas destinados a exponentes de diferentes edades, desde lactantes hasta abuelos pasando por las embarazadas, y un sinnúmero de pasos más que contribuyeron a cimentar la cultura que hoy es parte de la identidad cubana.

Como fruto de todo ello llegaron los triunfos internacionales hasta un merecido encumbramiento al primer nivel, el país pudo erigirse puntal de la solidaridad luego de beneficiarse con la recibida, y se consolidó un sistema capaz de sobreponerse a fuertes embates económicos marcados por los impactos del bloqueo estadounidense.

Estrellas como Figuerola, Stevenson, Vinent, Juantorena o Ana Fidelia cubrieron diferentes etapas hacia la compleja realidad en medio de la cual recién confirmó liderazgo en los Juegos Centroamericanos y del Caribe, fue aplaudido el título en la Serie del Caribe de béisbol y se prepara otra incursión en Juegos Panamericanos.

El reto es asumir este cumpleaños inspirados en esos y otros momentos que hicieron feliz al pueblo, convencidos de que solo la inteligencia colectiva generará la capacidad para responder a exigencias cada vez mayores que trascienden la preparación de los oponentes.

Mientras desde las filas enemigas se destinan millones a comprar atletas y montar campañas de descrédito será más importante que nunca sostener unidad, escuchar, debatir con franqueza y defender los principios sin dogmatismo a tenor con lo dispuesto para que el alza del roce competitivo y el mejoramiento económico individual continúen tributando al sueño colectivo.