Foto: Mónica Ramírez

Jobabo, Las Tunas.- DIEGO Acevedo Expósito es de los más conocidos activitas del deporte en esta región oriental. Asegura que por sus venas corre sangre “azul”, aunque no pertenece a ninguna realeza.

La razón es su incondicional fanatismo por el equipo de béisbol de la capital, y para ratificarlo basta verle con la clásica camiseta portadora del logo de la insigne novena.

«Eso aquí me ha traído algunas “broncas”, pero ya las personas se van acostumbrando, y cuando me ven me dicen algo como: “Industriales este año no”, “Industriales lo otro...”. Pero ya estoy acostumbrado», confiesa desde las gradas del estadio Batalla de Palo Seco.

Es ese su lugar preferido, al que no asiste como un espectador más, pues sobre su terreno ha enseñado a muchos niños las técnicas del juego, dirigido y apoyado desde su condición de licenciado en traumatología y ortopedia.

El béisbol y el softbol son dos de sus grandes pasiones, pero además preside una peña de dominó, es árbitro provincial de voleibol y nacional de boxeo, y de manera general se considera un hombre del deporte aunque lo hace todo como voluntario.

Durante años ha recibido reconocimientos por esa humana labor y sería difícil encontrar a alguien vinculado a la actividad física que no lo conozca aquí, donde lo conoció JIT durante un partido de pelota de la Copa de los trabajadores.

¿Por qué activista?     

Estoy vinculado al activismo prácticamente desde que era un niño, porque vivo muy cerca del Combinado Deportivo, y como quien dice me crié adentro y siempre he sido muy amante de todas las disciplinas.

Háblanos su labor...

En este terreno trabajo con los niños, y también habilitamos uno para el softbol en el CVD 4 de mayo. Con ese deporte he tenido equipos que han sido campeones provinciales juveniles y algunos atletas salidos de captaciones mías han llegado a equipos nacionales.

Tuve una atleta, Maylín Osorio, que estuvo aquí hasta hace muy poco y formó parte del equipo nacional de softbol. Yilenia Moreno también entrenó conmigo y es una gloria deportiva de nuestro municipio, integró el equipo Cuba de béisbol y participó en dos campeonatos mundiales.

¿Es difícil combinar todo esto con el arbitraje?

Siempre busco espacio para cada una de las cosas que hago, tengo libros sobre arbitraje, el manual del árbitro, también las nuevas adecuaciones hechas a las reglas del béisbol, y me ayuda mucho Margarita Mayeta, una de las antiguas Morenas del Caribe, hoy directiva del béisbol femenino.

¿Qué prefieres, el béisbol o el softbol?

Realmente como buen cubano por mis venas lo que corre son pelotas de béisbol, pero el softbol también me atrae mucho, porque me desempeño enseñando y jugando. He participado en campeonatos nacionales de bola rápida y también fui atleta en campeonatos de peñas deportivas.

¿Cómo apoyas a los entrenadores y funcionarios del deporte?

Tenemos muy buenas relaciones, me reconocen la experiencia de tantos años y me escuchan cuando hablo de cualquier muchachita, cuando la recomiendo. Me dicen que tengo muy buen ojo clínico para detectar el talento.

¿Un recuerdo especial?

El más grato de todos es del año 1999, cuando los principales entrenadores del sobtbol juvenil femenino en la provincia estaban de colaboración en el exterior y aunque el equipo tenía muy buena calidad le faltaba algo de organización, de afinar detalles para la competencia, y el comisionado provincial habló conmigo para que llevara el equipo como director. Fue en Bartolomé Masó y ganamos plata, la primera medalla a nivel nacional hasta ese momento, y al regreso fuimos recibidos con muchos honores, incluida una conga que nos estaba esperando. Recuerdo eso con mucho orgullo.

¿Te apoyan en tu centro de trabajo?

Todo el tiempo. Estoy mucho en prestación de servicios aquí, en coordinación con mi organismo, que es salud pública. Organizamos muchas competencias, hay actividad casi todo el año. Siempre debe haber un personal médico en las competencias y soy yo casi a tiempo completo. Aunque no dejo de ir al hospital y cubro tunos quirúrgicos para no perder habilidades.

¿Entonces siempre Industriales?

Soy industrialista de toda la vida y Lázaro Vargas es el “monstruo” de la pelota.