Foto: Mónica Ramírez

Jobabo.- APENAS unos kilómetros al sur de la ciudad de Las Tunas comienza a variar el paisaje. Queda atrás el bullicio, disminuyen las edificaciones y aparecen los pequeños asentamientos en medio de los cultivos.

Es ese el panorama que recibe al visitante en el municipio Jobabo, donde agrada apreciar a abuelos entregados al ejercicio, niños que disputan un partido de fútbol y otros más pequeños empeñados en afinar la puntería con un rústico juego de bolos.

Quienes aquí habitan narran que son escenas familiares, frutos del espacio ganado por la actividad física, sostenido con ingenio para suplir la falta de implementos o mantener los explotados durante años.

En Sirvén la sede del círculo social es idónea para que Yosandri Cutiño ejerza todo su encanto como activista de recreación y mantenga en “jaque” a un heterogéneo grupo de muchachos que pasan la tarde entre zancos y boxeo.

Es profesor de sexto grado y se niega a declararse protagonista, pero maravilla verle comenzar la jornada hablándole a sus niños a través de algo escrito por Eduardo Galeano sobre fútbol, para luego hacerles disfrutar con juegos tradicionales al ritmo de palmadas y una canción.

También gratifica descubrir lo que se logra en el CVD Eliades Ávila de San Antonio, donde el espacio es mayor y existe un terreno de béisbol igualmente dedicado a otras disciplinas.    

A escasos metros radica el Combinado Deportivo de la localidad, rector metodológico del trabajo destinado a cinco Consejos Populares, incluidos algunos muy distantes, lo que obliga a redoblar esfuerzos.

«Atendemos zonas de difícil acceso y eso complica la tarea», asegura a JIT su director Aramís Ramos, quien menciona sitios como Ciruelito, Macagua 6 o Mejías.

«Llegamos a todos con los programas de la cultura física, pero debemos hacer adecuaciones en dependencia de las condiciones con que cuentan», explica sin negar insatisfacciones, aunque sabe que es mucho más lo ganado.

Un total de 22 profesores de recreación, 24 de deportes y cinco de cultura física asumen el reto de cubrir el territorio, apoyados en el amplio movimiento de activistas, tan imprescindible como los profesionales mismos.

LAS PREFERENCIAS

Aunque el béisbol es la pasión mayor de los cubanos y el fútbol ha ganado no pocos espacios, aquí para recrearse existe un rey por excelencia: el dominó.

Manuel Espinosa, subdirector del Combinado, indica que las peñas dedicadas a este juego son mayoritarias, y «además sirven para hacer un poco de todo, desde hablar de eventos que se desarrollan en Cuba hasta seguir el fútbol internacional o planificar actividades para la comunidad…».

Gran acogida reciben además los campeonatos del propio béisbol, que incluso cuentan con selecciones totalmente integradas por niñas y hasta una que reúne a madres de estas.

Levantamiento de pesas, voleibol, atletismo y tenis de mesa para discapacitados se agregan al accionar de San Antonio, donde la escasez de medios no impide el trabajo.

«Los profesores dedican horas a la creación de medios rústicos, según el deporte que imparten en esos momentos», confirma Rubén Peña, responsable de actividades deportivas.

«Los balones se rellenan con poliespuma, tiras, trapos o aserrín, y aunque no sirvan para driblear permiten golpear, pasar… para crear la base de los elementos técnicos», explica mientras enseña una bala fundida de cemento y una jabalina de madera dotada de casquillos metálicos en sus extremos.

Barras para pesas con soporte de marabú incluido o bicicletas masivas que estimulan la práctica del ciclismo han ayudado a diversificar la enseñanza en localidades donde antes eran poco probables tales sueños.

PROTAGONISTAS

Todas esas acciones tienen detrás la perseverancia de quienes aman lo que hacen, se sobreponen a las dificultades y eligen continuar la marcha aunque esta imponga una senda escabrosa.

Es por eso que Yoan García ya promovió a una de sus niñas al levantamiento de pesas de la EIDE y Maribel Velázquez ayuda a vencer la timidez de varios pequeños familiarizándolos con juegos y canciones infantiles.

Yoan es el artífice del mencionado gimnasio rústico para las pesas y cuenta con alumnos entre los 10 y 13 años que en apenas 12 meses lograron significativos avances.

«Copié los instrumentos de la academia provincial para saber qué necesitaba aquí y los construí utilizando piezas desechadas de tractores o carros, y con eso garantizo la ejecución de movimientos básicos», revela consciente de que necesita más para ampliar el alcance de su labor.

A Maribel, impulsora del programa Educa a tu hijo, la mayor gratificación le llega cuando sus casi 30 niños aprenden poesías, se relacionan y reconocen a nuestros héroes.

«Lo más importante es que logramos motivar a la familia para sumarla a la preparación integral de sus menores. Aprenden la forma más asequible para enseñarlos cuando están en las casas, algo significativo porque no contamos con un círculo infantil en la zona y esto es lo más parecido que encontrarán antes de la escuela.»

Es así que Claudia declama una poesía sobre el Che o Angélica Ivette, que vive a más de dos kilómetros de distancia, vence la timidez y se deja retratar junto a sus amiguitas.

En ellas y en otras y otros que patean el balón o rematan sobre la net de voleibol se centra el futuro de comunidades que como esta priorizan el deporte en la formación de generaciones de bien.