Foto: Armando Hernandez

Santa Clara.- LA ATÍPICA presencia de una fémina en las esquinas ocupadas por los guantanameros llama la atención entre los asistentes al certamen nacional de boxeo acogido por la sala Amistad de esta urbe.
Se llama Teresa Vera Frómeta, es Licenciada en Enfermería, trabaja en el Centro Provincial de Medicina del Deporte y desde hace cuatro años presta sus servicios a una de las más sólidas selecciones del pugilismo cubano.
“Es mi primer torneo Playa Girón en estas funciones, y ha resultado una gran experiencia profesional”, dijo a JIT luego de asistir a uno de sus muchachos en los camerinos de la engalanada sala Amistad.
“El Jurado Médico es el facultado para hacer las valoraciones en casos de heridas, y si la decisión es que el atleta continúe peleando
necesita atención especializada sobre el ring”, explicó en torno a una función jerarquizada por la asociación internacional luego del adiós a las cabeceras.
“Para enfrentar este trabajo estudié los reglamentos y apelé a otro tipo de documentación para adecuar la preparación que poseo”, comentó ante la interrogante vinculada a las exigencias de un quehacer tradicionalmente asumido por hombres conocidos como “cutman”.
“Utilizamos medicamentos como adrenalina y epinefrina como parte de la compresión de las cortaduras, y debemos ser precisos y rápidos porque el trabajo se realiza entre un asalto y otro, aunque después realizamos otras acciones”, explicó Vera.
Graduada hace 24 años, en su expediente aparece todo el bagaje acumulado en un área de salud y un hospital general docente. Después de licenciada transitó además por una instalación militar como preámbulo de su inserción en el deporte, ocurrido 18 abriles atrás.
Ahora, quizás sin saberlo, se ha convertido en pionera de una actividad que reclama ganar terreno entre los exponentes de su sector,
dada la maestría con que pueden asimilarla.
“Me siento bien, muy realizada”, sentenció antes de agradecer a las personas que le facilitaron materiales para una preparación que añadió a cursos previos en terrenos como emergencia médica intensiva.
“Ya he tenido que subir varias veces a la esquina y todo ha salido bien”, aseveró visiblemente satisfecha. “Han sido casos leves, que se resuelven ahí mismo y reciben seguimiento posterior”, puntualizó.
¿Difícil trabajar entre boxeadores?
“Son muy respetuosos, me han tratado con mucho cariño y han mantenido una tremenda ética ante mi condición de mujer”, consideró sin vacilaciones.
“Este período de trabajo me ha permitido cambiar un concepto errado que tenía de ellos, y si hoy me permitieran escoger nunca lo dejaría”, sostuvo.