Veracruz.- CONTUNDENTES éxitos de Nivaldo Díaz-Sergio González y Leila Martínez-Lianma Flores en el torneo de voleibol de playa dieron a Cuba sus cetros 122 y 123 en el cierre competitivo de los XXII Juegos Centroamericanos y del Caribe.

En el parque Reino Mágico los hombres se recuperaron de un set inicial adverso y supieron crecerse ante la difícil dupla venezolana integrada por Jackson Henríquez-Jesús Villafañe para ganar con marcadores de 22-24, 21-19 y 15-12.

Sus compañeras se impusieron con idénticos tramos de 21-18 y 21-18 ante las experimentadas anfitrionas Martha Revuelta y Bibiana Candelas.

Por cierto, Candela y Villafañe integraron parejas tituladas en la cita de Mayagüez 2010.

Todavía sacudidos por la emoción, los propios protagonistas dorados y sus entrenadores relataron lo sucedido en la fresca y soleada jornada, verdaderamente mágica para el voleibol y el deporte de la isla.

“Sabíamos que iba a ser un choque de gran nivel, y Venezuela resultó un rival digno al que entramos a jugarle duro”, explicó Sergio, convencido de que tal decisión les proporcionó la victoria.

“Realmente somos una dupla de mayor estatura y físico, y ellos muy técnicos, pero impusimos la juventud, la fuerza y los deseos”, añadió. 

“Esto es un acicate para prepararnos con vistas al campeonato del mundo y los Juegos Panamericanos de Toronto 2015, y esperamos incursionar en el circuito mundial”, consideró el jugador de 24 años de edad.

Por su parte el veinteañero Nivaldo aceptó haber comenzado “un poco presionado, no muy a gusto, por lo que me limité a no fallar”, pero “en el segundo set nos dimos cuenta de que no estábamos saliendo bien con esa estrategia y decidimos ser menos conservadores”.

A partir de entonces “nos soltamos, todo fue mejor, y mucho más en el tie break. Nunca nos habíamos enfrentado a ellos, y demostraron que tienen calidad y se nos hicieron muy difíciles”.

“Las semifinales y estos partidos evidenciaron que nuestros atletas tienen nivel para el circuito mundial, no solo porque hemos ganado aquí, sino también desde el punto de vista perspectivo y cualitativo de los jugadores que tenemos en la selección, frutos de un trabajo de años”, sostuvo Leonides Regüeiferos, entrenador de los hombres.

Leila Martínez, por su parte, recordó que “esta era nuestra competencia fundamental y nos preparamos fuerte y asistimos a varias fases del circuito NORCECA en las que hemos empleado tácticas diferentes hasta llegar aquí y alcanzar el oro. Estamos muy felices con esta victoria”.

En tanto Lianma Flores señaló que "trabajamos a fondo en el servicio, fuerte como nos caracteriza, y eso contribuyó a estar siempre arriba aunque hubo momentos en que la rivales se pegaron. Dieron mucha pelea y el bloqueo de Bibiana fue incómodo. El público mexicano tiene mucha confianza en sus jugadoras pero supimos sobreponernos a su lógica algarabía en favor de connotadas adversarias”.

Su preparadora Mayra Ferrer consideró que el encuentro fue reñido de principio a fin, pues las mexicanas jugaron muy bien a la ofensiva, “pero supimos contrarrestarlas moviendo a Bibiana a todo lo largo de la net para buscar que fallara, ya que es muy buena y de muy alto bloqueo.

Nosotros tenemos mucha fuerza en el remate y la posibilidad más letal era haciendo ese tipo de juego. Mis chicas estuvieron muy seguras, al margen de algunas imprecisiones en el segundo set, y sabíamos que era o todo o nada.

Estoy muy feliz porque me hicieron recordar cuando alcancé la plata en  Maracaibo´98 junto a Noemí Blanco, perdiendo frente a una dupla mexicana. Ahora ellas, dando un poquito cada día, salieron a darle a la Patria el oro del cierre, y eso me enorgullece”.

Mireya Luis, metodóloga de este deporte, se declaró muy satisfecha por el rendimiento de sus compatriotas, que incluso no perdieron ni un set. “Les dimos confianza, luchamos para que se prepararan lo mejor posible y aquí están las coronas”, indicó.

Todos dedicaron el triunfo a sus familiares, a otras personas que han puesto un granito de arena en la Escuela de Voleibol de La Habana y al pueblo cubano porque saben que este colofón dorado no se olvidará nunca.