Katowice, Polonia.- EXISTE una diferencia entre lo que deseamos pedirles en resultados a los voleibolistas cubanos en el actual Campeonato Mundial y lo que están en condiciones de aportar, acorde con la inexperiencia reunida en el 80% del elenco.
Conversando con el mentor Rodolfo Sánchez, decía que la nueva formación antillana ha enfrentado, sin apenas reservas, todas las competencias del último año, por lo que esa intensidad, en especial gravitando sobre los regulares, no ha sido fácil soportarla en el universo de un deporte donde cada vez se incrementan más los eventos de calidad.
En el transcurso de ese tiempo de trabajo la selección ha ido dándole un espacio a sus abridores y, al mismo tiempo, ha experimentado con un grupo de muchachos en aras de ir modelando a los seis de la reserva. Hoy, en algunos casos, la diferencia cualitativa entre los que ocupan la cancha regularmente y los que permanecen en el banco no es mucha, pero tanto unos como otros acusan falta de fogueo en lides de alto rango.
No es lo mismo jugar en el tercer nivel de la Liga Mundial o lidiar en una Copa Panamericana donde Brasil no asistió y Estados Unidos compareció con un segundo colectivo, que venir a este mundial como debutante. Quienes en realidad deben echarse el equipo encima son el capitán Rolando Cepeda, el líbero Keibel Gutiérrez y el central Isbel Mesa, sobre todo los dos primeros, con mayor madurez.
Pero resulta que Cepeda solo ataca por la diagonal, desestimando hacerlo también por la línea, porque según explicó le molesta ese movimiento debido a una vieja lastimadura en su hombro izquierdo, tratada por el médico del equipo.
Ese problema facilita a los bloqueadores rivales su labor, pues de antemano saben por dónde va su ofensiva, de ahí que haya mermado la cantidad de puntos aportados en esas acciones, aunque ha marcado bien con su servicio fuerte.
Keibel ha contribuido con éxito en el recibo, teniendo en cuenta que ese ha sido uno de los renglones deficientes del conjunto, y Mesa comenzó la competencia como regular y la revelación Félix Chapman, una vez que le dieron la oportunidad, se ha adueñado de esa posición, destacándose por sus 13 puntos de bloqueos conseguidos en los choques contra Sudcorea y Túnez.
En cuanto al pasador Leandro Macías, todavía tiene camino por delante en el arte de repartir el juego. Se ha encontrado en situaciones en las que únicamente los auxiliares Javier Jiménez y Osmany Uriarte le responden en el ataque, e insistir dándoles balones (bloqueados por hasta tres oponentes) esquematiza la manera de mover al elenco, olvidando que también el centro de la cancha existe, más en este momento, cuando Chapman es un hombre rápido que entra a la net con decisión y golpea fortísimo los pases corticos.
Aún Macías no logra sincronizar sus envíos a la velocidad mostrada por este atacante de Mayabeque, quien tiene solo 17 años, pero en su favor debemos afirmar que tampoco es fácil pasar balones cuando el recibo no le llega y tuene que salir buscar bolas que no siempre van de los receptores a las posiciones delanteras, como se espera que así sea.
Cuba pudiera este domingo lograr el objetivo por el que asistió: pasar a la segunda ronda. Nadie dudará de que estar aquí ha sido satisfactorio para esta nueva hornada de voleibolistas, los novatos de su grupo B. risks of abortion pill link link aspiration abortion cost open how to get the abortion pill
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