Foto: Mónica Ramírez

La Habana.- MARCOS Carcasés es un hombre del balonmano, y aunque no sobresalió por los resultados como atleta puso su empeño en resarcir esa deuda como entrenador.

Licenciado en Cultura Física con más de 20 años de experiencia en la ESPA provincial de La Habana, desborda ahora sus conocimientos en suelo mexicano.

En las últimas temporadas le ha acompañado el compromiso de contribuir al alza de los aztecas en un área donde los cubanos son referencia obligada.

En medio de la cobertura al Festival Panamericano JIT supo de su presencia en el DF y pactó la cita para el Centro de Entrenamiento Nacional de Alto Rendimiento valiéndose de un necesario engaño.

Conocido su “miedo” a las entrevistas omitimos el verdadero propósito del encuentro y solo lo revelamos cuando ya le era imposible escapar de las preguntas.

¿Cuál es su función actual?

En los 10 meses más recientes he estado de asesor en el equipo nacional, principalmente con la planificación de los entrenamientos, la preparación física y los porteros. Además trabajamos en un proyecto para aumentar la estatura y las condiciones físicas de atletas menores de 14 años, para comenzar a cambiar los resultados y elevar el nivel.

¿Hay condiciones para conseguir ese objetivo?

Creo que sí. Todavía se necesita mejorar el trabajo de captación y seguimiento de talentos, y el objetivo es buscar la continuidad en ese sentido. Además, a nivel de equipo nacional se prevé conformar preselecciones de 15 integrantes como mínimo, pero sin renunciar a la inclusión de algún talento aunque se tengan cubiertos los cupos, y eso es muy bueno. Por lo demás, hay tremendas condiciones en las instalaciones, los gimnasios y el alojamiento.

¿Es difícil enfrentarse a una colaboración?

Es un trabajo muy fino, en el que no puedes equivocarte y tienes que respetar mucho a la vez que sugerir, tratar de que comprendan que en ocasiones tu idea es mejor porque hay más experiencia. A veces hasta con el idioma, que es el mismo, pero no lo manejamos igual. La cultura es distinta y resulta complicado hacernos entender en parámetros del trabajo, por lo que hay que actuar con mucha inteligencia para evitar choques y procurar que nos vean como los colaboradores que somos, dispuestos a ayudar y contribuir a sus objetivos.

¿Es distinta la manera de llegar a los atletas?

La metodología en el deporte es la misma, lo que tienes que tener en cuenta es cómo te aceptan, primero porque eres un extranjero, que sicológicamente se adapten a que los vienes a ayudar, ser muy cuidadosos con el trato personal. Aquí hay mucha educación formal y no puedes usar un lenguaje más relajado como quizás haríamos allá. A veces es un proceso de adaptación largo, pero que se logra. Creo que estoy integrado al grupo y me aceptan, y definitivamente con los atletas ha sido más fácil.

¿En qué deben hacer más énfasis los mexicanos?

A nivel centroamericano tienen posibilidades, pero cuando se llega al panamericano enfrentan desventajas en estatura, y eso influye. Luego de la edad juvenil no tienen un proyecto de planificación para el seguimiento como en Cuba y eso les afecta en los resultados. Ahora comenzaremos a partir de agosto con niños menores de 14 años, porque la federación quiere que vayan ganando experiencia.

¿Cómo enfrenta la nostalgia?

México es mi primera vez como colaborador y ha sido muy difícil. Llevo tres años aquí, primero en Campeche, y es durísimo porque estás solo y se extraña mucho. Yo llevaba a mi hija a la escuela, la iba a buscar… Cuando vine para acá estaba a punto de cumplir nueve años y me he perdido muchos momentos. Por eso cuando vienen cubanos trato de estar el mayor tiempo posible con ellos, me relajo de esa manera, como una forma de estar en contacto con algo mío.

Pero también ha seguido desarrollándose profesionalmente...

Es cierto, en estos momentos estoy haciendo un doctorado, tengo una investigación sobre los registros estadísticos en función de los análisis pedagógicos de las acciones tácticas significativas en el balonmano.

Ya está hecha la investigación, me apoyé en un programa coordinado con la UCI, pero está todo en espera porque desde aquí trabajo en lo que es la tesis para cuando regrese poder presentarlo y discutirlo.

¿Qué retos impone la colaboración?

Me tengo que exigir, porque aquí todo el mundo dispone de la tecnología, acceden a los libros más recientes y cuando te hablan sobre un sistema de planificación determinado te das cuenta que dominan la teoría y tienes que tener respuesta para cualquier duda. Si te hablan de sicología, de pedagogía, etc., vienen siempre con lo último que ha salido, y por eso tienes que conocerlo también. Es un reto constante.