KATOWICE, Polonia.- ES SORPRENDENTE el comportamiento de algunos deportistas cuando están sometidos a una intensa tensión como la de un Campeonato Mundial u otro evento de la más alta calidad competitiva.
Voy a circunscribirme al ámbito del voleibol, porque además de cubrir el certamen del orbe que tiene lugar en varias ciudades de este país, es del que quizás conozco un poco, no porque lo haya practicado, sino porque los años en el periodismo me han ofrecido la oportunidad de disfrutar de este apasionante deporte.
Usted ve aquí a jugadores que, por haber coincidido en diversos torneos a lo largo de sus carreras, entablaron una amistad con otros. Así, han compartido alegrías provenientes de las victorias, se han consolado entre ellos ante la derrota o en el difícil momento de sufrir una lesión en medio de un certamen.
Esa amistad, en no pocos casos, fluye en tanto no llega el día en que el calendario de un Campeonato Mundial -como el actual de voleibol- marca la fecha en la cual sus dos equipos rivalizarán sobre el terreno. Quizá por saberse unos con mayor calidad para salir airosos, desde días antes del juego apenas saludan a sus “amigos” y en su lugar surgen las miradas un tanto amenazantes, como quien dice: ¡Mañana te voy a moler sobre la cancha!
Aquí, en el Mundial, se vive esa tensión. Saben ustedes cómo son de afables los cubanos. Amistosos, desprendidos, más nuestro equipo actual con el 80% de jóvenes menores de 21 años, pero ese distanciamiento del que les hablo lo sentimos antes del encuentro inicial con Finlandia. A decir verdad, noté en los ojos y las expresiones de los fineses más que recelo, temor. Y, otra vez, no me expliqué el por qué de esa manera de conducirse.
Después de la tempestad, vuelve la calma, porque tras su triunfo sobre los nuestros, parece que a los fineses les volvió el alma al cuerpo, tanto al director del equipo como al capitán, ambos fanfarroneando en la conferencia de prensa posterior al partido, como si el ombligo del mundo estuviera en el Viejo Continente.
Repito, tras la tempestad, la calma. Aquellos que no saludaban a los cubanos cuando coincidían en los pasillos del hotel o a la entrada del comedor para desayunar, se convirtieron, de la noche a la mañana, en los hombres más amables del universo, algunos hasta se permitieron sonreír, y no faltó quien culpó al director técnico del equipo del distanciamiento precompetencia. Pregunta: ¿Es ese el espíritu de camaradería, humildad, confraternidad y nobleza que persigue crear el deporte? Por muy alta que sea la tensión, no es razonable comportarse de una manera tan extraña. risks of abortion pill link link aspiration abortion cost open how to get the abortion pill
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