La Habana.- LIMPIÓ zapatos, vendió periódicos y sintió en carne propia las “mordidas” del hambre, pero nunca perdió la sonrisa ni se envileció cuando el mundo terminó rendido ante su grandeza.
Vio la luz el 28 de octubre de 1910, aunque antes de viajar por primera vez a Nueva York su manager Pincho Gutiérrez le “reinscribió” como nacido el 6 enero de 1907 porque le exigían 21 años cumplidos para pelear ocho asaltos.
Se llamó Eligio Sardiñas Montalvo, ganó inmortalidad como “Kid Chocolate” y dejó de existir el 8 de agosto de 1988, hace hoy 26 años, en la misma Habana de sus amores donde tiró los primeros golpes para mitigar la miseria.
Dicen quienes le conocieron que más allá de la grandeza atlética que le acompañó por toneladas fue siempre amigo de sus amigos, espléndido con sus compatriotas y orgulloso de sus orígenes.
No importó que saliera airoso en un centenar de peleas como amateur, se titulara monarca profesional del orbe en los pesos ligero junior y plumas, o detuviera el tráfico en Broadway como Rodolfo Valentino y Babe Ruth.
Tampoco le cambió ser proclamado el hombre mejor vestido del mundo por una revista europea que le colocó por delante de la estrella de cine George Raff, el Príncipe de Gales o el alcalde neoyorquino Mickey Walker.
Mantuvo fidelidad hacia los suyos y «jamás se olvidó de la niñez desvalida», como dijera el colega Elio Menéndez, quien relatara: «Cuando los muchachos lo veían aparecer en su Cadillac, corrían tras él y Chocolate repartía entre ellos hasta la última moneda que llevaba en el bolsillo».
Cierto que su pasado influyó en la toma de no pocas decisiones, pero igual hubiera sucedido a cualquier humano proyectado desde las carencias absolutas a la conquista de grandes bolsas y “tocado” por esa simpatía sin par con que resaltó su condición de ídolo.
Derrochó, se entregó a los placeres femeninos y atentó contra las exigencias del deporte contrayendo enfermedades venéreas que acortaron el talento con que se erigió expresión depurada de elegancia, destreza y velocidad.
Enfrentó a otros grandes como Fidel La Barba, Battling Batalino, Al Singer o Tony Canzonieri, colgó en su ropero más de 150 trajes con todas las combinaciones posibles, fue amigo de Gardel y acarició cuerpos vedados para la gran mayoría.
«Me sentí dichoso proporcionando felicidad a los demás», dijo una vez quien recibió emocionada ovación durante el I Campeonato Mundial de La Habana´74 y murió en su Cerro querido, respetado por quienes aquilataron su sencillez.
El actor Alejandro Lugo, quien fue su amigo, aseguró que instantes antes de morir el Kid se incorporó como pudo sobre su cama de enfermo, levantó la guardia e intentó uno de aquellos movimiento felinos que hoy recordamos de manera especial a 26 años de aquel adiós. cheats link reason women cheat why women cheat in relationships click here husband cheat reasons married men cheat why men cheat love affairs with married men
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