La Habana.- LA VENEZOLANA Oriana Pérez regresó a su país en poder de 10 medallas de oro que le sitúan como actual reina de los Juegos Escolares Nacionales.
Lo hizo con una mezcla de alegría y tristeza, pues en su tercera presencia en tierras cubanas intercambió con amigos, sumó otros y volvió a recibir un trato que calificó de excelente.
Como si su colección dorada fuera poco, la bella morocha de la categoría 13-14 complació doblemente a su entrenador Rosalbo Verastegui al mejorar todas sus marcas en la piscina de la Ciudad Deportiva.
La muchacha iniciada a los dos años en el Club Centro de Natación de Caracas venció ahora en los 200 metros combinados individual, 200 metros relevos libre, 100, 200, 400, 800 y 1 500 metros libre, 100 y 200 metros espalda y 200 metros relevo combinado.
«A mí no me gustaba el agua, pero en mi familia hay tradición porque mi mamá fue atleta de nado sincronizado y mis tíos nadadores... Así que, usted sabe, mi mamá me dijo "Vas a ser nadadora", y así fue», explica.
«Al cabo de estos años no cambio este deporte por ninguno, pues nadar es mi vida», añade, aunque ello no le impide ser buena estudiante en la escuela Mariano Picón Salas, según conocimos con algunos de sus compañeros.
«Hay que ser buena atleta en las piscinas y en el aula», dice esta admiradora de sus compatriotas, los tritones Albert Subirats y Andreina Pinto, él primer venezolano premiado en campeonatos mundiales, y ella multimedallista panamericana, sudamericana y centrocaribeña.
Oriana tiene claros sus objetivos: entrenar, entrenar y entrenar para llegar a unos Juegos Olímpicos.
La residente en la parroquia Caricuao afirma que hará todo lo posible por estar en Río de Janeiro’16, y si no es así pues mirará hacia Tokio’20.
«La meta es esa y para eso seguiré nadando y siendo cada vez mejor, porque la clave está en ser disciplinada y no dejarse vencer por las dificultades o las lesiones», asevera.
Amante de la música, de los colores amarillo y verde, y de la comida japonesa, en especial del sushi, proyecta una seguridad que cierra espacio a las dudas.
El preparador Verastegui sentencia lo expresado por su alumna y elogia que es muy técnica, de buena estatura y resistencia.
«Es muy trabajadora, puntual, gusta de los grandes retos, es muy popular entre sus compañeros por su forma de ser, conversadora, sencilla, compartidora.
»Creo llegará lejos, es como un diamante en bruto que ahora está comenzando a brillar. El camino es largo y nada es perfecto pero mi experiencia me dice que logrará hacer realidad lo que se proponga», puntualiza.