|
EJEMPLO DE ACTIVISMO
|
|
|
Jorge Enrique sí es campeón
|
Al cierre de cada jornada alegra aún más su vida en la escuela de taekwondo fundada por él: Los Tigres de Jesús del Monte.
|
|
|
Foto:
|
La Habana (29 abr).- A VECES él mismo se sorprende con esa energía inagotable para cumplir tantos compromisos, pero su pasión por el deporte y en especial hacia el taekwondo lo incitan a dar más cada día.
El sueño de Jorge Enrique Pupo Naranjo, nacido hace 48 años en la oriental ciudad de Bayamo, era ser un gran campeón, pero no pudo realizarlo y se entregó en cuerpo y alma a enseñar.
Desde 1980 vive en La Habana, donde se graduó como técnico medio en explotación de transporte y estudió en la Escuela de Cadetes de Siboney, que le vio alcanzar grado de oficial, relacionarse con las artes marciales y convertirse en activista del deporte.
Licenciado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, militante del Partido, presidente de su CDR y padre de familia, trabaja hace dos décadas en el Hotel Nacional, donde es maletero, pero al cierre de cada jornada alegra aún más su vida en la escuela de taekwondo fundada por él: Los Tigres de Jesús del Monte.
Allí le abordó JIT como humilde reconocimiento a su entrega.
¿Cómo te vinculas al deporte?
Mi compañero del técnico medio Roberto Abreu practicaba artes marciales y un día leí en el periódico que se había convertido en campeón nacional de taekwondo, lo que me motivó. Fui a su casa, hablamos del tema y comencé en esa disciplina en Lawton. Partí de cero en un deporte que era virgen y llegué a eventos municipales y provinciales aunque ya no era un niño.
Del cinturón blanco llegué al negro, a quinto Dan, maestro nacional y segundo Dan Kukkiwon, la casa del taekwondo, radicada en Corea del Sur, un grado reconocido por la Federación Mundial.
¿Quién te lleva al activismo?
Estaba en las FAR, poseía el cinturón negro y era primer Dan, cuando el comisionado de entonces, el ya fallecido Francisco García, me sugirió abrir una escuela de taekwondo en la unidad militar, y así lo hice. Ya licenciado, propuse a la dirección de deportes del municipio de Diez de Octubre contar con un área y en el año 2000 nació la escuela Los Tigres de Jesús del Monte.
¿Resultados?
Innumerables, pero ante todo el trabajar con atletas desde 9-10 años hasta la primera categoría. Formar muchos niños que hoy estudian Licenciatura en Cultura Física, son árbitros provinciales o nacionales, o técnicos medios en esta rama, incluidos algunos que ya me ayudan o tienen sus propios equipos.
¿También como activistas?
Así es, unos con más frecuencias que otros, pero todos aportan al área, como Nirania Pérez, tercer Dan, y Roy Miso, ambos árbitros nacionales y varias veces vanguardias a ese nivel.
También mi hijo de 23 años Jorge Julio Pupo Abad, cuarto año en la licenciatura, Juan Herrera y Jorge Fernández, árbitros nacionales, y Juan Pablo Centelle, de nivel provincial, a quienes agradezco mucho.
¿Qué te inspiró a dedicar tu descanso al deporte?
Es complicado, hay que dividirse en diferentes partes, pero lo disfruto. Me conmovía ver, donde vivo en Lawton, a tantos niños salir de las aulas a las cuatro y media de la tarde y no tener en qué emplear productivamente su tiempo libre. Tenía conocimientos del taekwondo y pensé en enseñarlos y entonces contacté con los CDR, la FMC, el delegado del Poder Popular.
Mi hijo era pequeño y también me embulló, y reunimos a unos cuantos muchachos y arrancamos.
¿Otras motivaciones para la idea de una escuela?
Quería emplear los conocimientos, estaba ratificado por la Federación Cubana, contaba con mi cinta, mi grado, y porque fui un atleta frustrado y me inspiraban los triunfos del deporte cubano. La victoria de Valodia Matos, uno de nuestros 11 campeones olímpicos en Sydney 2000, contribuyó mucho, pues luego visitó el área y eso fue muy estimulante para la arrancada.
¿Dónde comenzó todo?
En el patio de mi casa, o sea que en mi terraza se formó la escuela, luego detrás de un centro comercial y continuamos en la primaria Ñico López, que tiene sus gradas y buenas condiciones. Con la primera competencia aquel barrio estuvo de fiesta, sin exagerar, parecía la Ciudad Deportiva.
Pero la cifra se elevó a 150 y los padres y los fanáticos de la comunidad me obligaron a formar atletas e instructores, y ¡comenzaron a sonar Los Tigres de Jesús del Monte!
¿Qué solución aplicaste ante tanta masividad?
El antiguo cine de San Miguel, un local totalmente abandonado. Hicimos gestiones con todas las instituciones y presentamos un Proyecto Social no solo de deportes, ni basado en “campeonismo”, sino en beneficio de los niños y jóvenes del barrio. Costó trabajo, pero los propios muchachos con sus resultados y comportamiento se encargaron de demostrar que sería positivo transformar aquel local desmantelado.
Fue como una película de final feliz.
Así mismo: el Gobierno nos apoyó y también otras instituciones y las familias... ¡Todo el mundo ayudó! Y mira cuántos años lleva la escuela funcionando muy bien, en lo que desempeñan un papel fundamental los padres y los factores de la comunidad. Recuerdo que en las primeras competencias no nos salió como queríamos, pero después demostramos que podíamos y ya tenemos historia.
¿Quieres decir que exhibes triunfos y promociones?
Actualmente tenemos en la EIDE a 16 alumnos entre hembras y varones, uno en el equipo nacional, Miguel Aguiar, y también en la reserva, todos formados desde niños en Los Tigres de Jesús del Monte. Se unen cinco árbitros nacionales y cuatro provinciales, y 25 cintas negras.
Otros tres se gradúan el próximo año en Cultura Física, y varios son campeones nacionales pioneriles, escolares y juveniles, categorías en las que hemos acumulado 16 medallas de oro, seis de plata y siete de bronce hasta el 2013.
¿Te sientes reconocido por esta labor?
En cuatro ocasiones he sido Vanguardia Nacional y casi el doble a nivel provincial, pero más me alegran los éxitos de mis alumnos, tanto árbitros como atletas.
Orlando Pupo Abad fue el más técnico de los Juegos Escolares Nacionales del 2009 y acumula cinco oros y un bronce, 29 llegaron al alto rendimiento desde el 2000, cinco al equipo nacional o la reserva y de aquí salió el primer campeón panamericano juvenil de Cuba en este deporte, Bryan Richard Letrán. Pero lo más importante es que la escuela es de referencia nacional.
¿La instalación solo se utiliza para dar clases?
Se han impartido nueve seminarios para cinturones negros con presencia nacional, campeonatos municipales, provinciales, copas, galas y festivales de verano.
¿Intercambian con otros atletas?
Han venido los miembros del equipo nacional, lo que es un estímulo, y hemos realizado entrenamientos conjuntos hasta con equipos visitantes por medio de Cubadeportes.
¿El respaldo material?
El colchón lo entregó la Federación Cubana por ser la mejor del país, como sucedió con algunos petos y cabeceras, pero este deporte necesita equipos de trabajo, uniformes, cintas, y en eso ha sido vital la colaboración de la familia, consciente de la situación económica del país. Hemos tenido costureras, zapateros y tapiceros, hasta mi mamá confeccionó los trajes, Alina los petos, “Fefita” los implementos para las manos y su esposo los protectores.
Más que formar atletas, ¿cuál es tu meta en el orden social?
La labor en la comunidad es lo vital. Estos niños y adolescentes necesitan un buen ambiente y lo más importante es su formación como personas. Por eso los llevamos a museos, organismos, hacemos cumpleaños colectivos y otras actividades, visitamos las escuelas y los directores y profesores asisten a las competencias, en busca de los valores que tanto necesitamos revitalizar y propagar...
Nuestra escuela tiene himno, uniforme, bandera y un lema que dice: “De los Tigres todo, por nuestro maestro respeto, por la escuela unidad, por nosotros triunfar, triunfar, triunfar; de Jesús del Monte la altura de sus lomas y el heroísmo de sus vegueros”. Cada estrofa como la de su himno tiene relación con la historia de esta comunidad, donde creció el inolvidable Comandante Camilo Cienfuegos.
No fuiste titular olímpico, pero sí del activismo.
Soy feliz cuando mis compañeros de trabajo me preguntan por mis alumnos, por sus resultados... Y por el apoyo de mi esposa y mis hijos, además de cumplir como abuelo, pues tengo una nieta. Realmente es un sacrificio, un gran esfuerzo físico, pero saco tiempo hasta para darle de comer a mis gallinas y guanajos, y seguir preparándome. Estudio inglés y busco cada día mejores métodos y maneras, siendo más pedagogo, porque trabajar todos los días con niños nos da una enseñanza increíble.
Tengo bien claro qué es formar y qué es educar, y nos llena de orgullo cuando los padres nos manifiestan: “Profe, no sabe lo que ustedes han hecho con nuestros hijos”.
the cost of abortion pill go abortion pill brooklyn risks of abortion pill link link I cheated on my wife click here women looking to cheat bystolic free trial coupon go bystolic coupons for free |
|
Más Fotos
|
|
|
|
|
|
|