La Habana (27 dic).- LA SUSPENSIÓN del ciclista Lance Armstrong, los impactos del doping en las Grandes Ligas del béisbol, resultados amañados en el fútbol y el fango caído sobre la NFL fueron parte de la cara fea del deporte en el año que concluye.
En una temporada de hazañas traducidas en récords y coronaciones abundaron también escándalos que convirtieron a sus protagonistas en centro de controversias mediáticas entre las que destacó la del estadounidense Armstrong.
El hombre que ganó su carrera contra el cáncer testicular se vio despojado de sus siete coronas en el Tours de Francia y fue separado a perpetuidad por la Unión Ciclística Internacional tras decidir no defenderse de acusaciones de doparse durante años.
Testimonios insertados en el informe de la agencia antidopaje de su país afirman que al mando de Armstrong las habitaciones de hotel de su equipo se convertían en bancos de sangre, se sobornaban médicos y se conocía con antelación de los controles.
También en el país del norte la bestia negra del dopaje embistió con fuerza la llamada Gran Carpa del béisbol, con titulares especiales para el jardinero dominicano Melky Cabrera (Gigantes de San Francisco).
Solo un mes después de llevarse el pergamino de Jugador Más Valioso del Juego de las Estrellas sus admiradores vivieron la frustración de saberle consumidor de testosterona, pero la lista fue más amplia.
Incluyó además a los lanzadores dominicanos Guillermo Mota (Gigantes de San Francisco) y Bartolo Colón (Oakland), el receptor cubano Yasmani Grandal (Padres de San Diego), el patrullero estadounidense Marlon Byrd (Boston)...
El fútbol, además de la atractiva “emulación” Messi-Ronaldo, vio crecer el fenómeno de los arreglos de resultados, tanto que Ralf Mutschke, jefe de seguridad de la FIFA, admitió que ese organismo subestimó la magnitud del problema.
«La escala es tal que ningún país puede lidiar con este problema por sí solo», expresó al respecto el comisionado de deportes de la UE Androulla Vassiliou.
Cálculos de esa entidad sitúan en 15 mil millones de dólares anuales la cifra generada por el amaño de partidos, cuya última expresión se registró en Italia y produjo 2,6 millones a la camorra y la mafia.
En el contexto del fútbol americano fueron noticias la historia de abuso sexual que implicó a los preparadores Joe Pattermo y Jerry Sandusky, que su colega Sean Payton pagara a jugadores para que golpearan y lesionaran a sus rivales y las conmociones cerebrales causadas por la violencia imperante en los terrenos.
Sandusky fue condenado a 30 años de prisión y a la universidad de Penn State le fueron retirados todos sus logros deportivos durante la etapa de ambos entrenadores.
Resúmenes de diferentes medios mencionan también el arreglo de un partido de bádminton en los Juegos Olímpicos de Londres y la agresión de que fue víctima el equipo Tigre, de Argentina, cuyos jugadores resultaron golpeados y amenazados por barristas y policías brasileños en la Copa Sudamericana de fútbol.
Manifestaciones de racismo, muertes de aficionados en escenarios de competencia, figuras del deporte implicadas en asesinatos y el vínculo de otras con redes de pornografía se sumaron a los ejemplos de que la actividad atlética no solo dejó pasajes agradables en el año que se va.
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