LAS ESCENAS de aquella épica final de los Diablos Rojos de Santiago de Cuba, en que la lluvia se hizo presente y enlodó la cancha del Estadio José “Pepe” del Cabo (Rekortán), no volverán a repetirse.

Desde hace algunas jornadas el Estadio Antonio Maceo, inaugurado en 1991 para los XI Juegos Panamericanos de La Habana, viste de un verde suculento al estrenar césped artificial y otras muchas comodidades. 

Pero no es esta la historia de la Cenicienta tornada en princesa con un toque mágico. Costó sacrificio. Sépase que bajo el terreno se funde, con los 7 mil metros cúbicos de áridos transportados desde la cantera de Juraguá, el sudor de muchísimos trabajadores que pusieron empeño máximo para nivelar el terreno y reparar las heridas del tiempo.

El esfuerzo requería destreza… Las normas internacionales demandan 0.5 grados de nivelación en la grama, así que hizo falta el trabajo de muchos y finalmente la colaboración entre brigadas del sector privado, la Empresa Geocuba y supervisores salvadoreños.

Logrado ese cometido, la compañía Evergrass se encargó del montaje de los 43 rollos de manta sobre la superficie lisa, mientras nueve contenedores atesoraban el césped artificial y sus agregados, además de porterías, asientos y techos para las bancas de equipos y árbitros, entre otros materiales. Viajaron desde Países Bajos, en Europa.

«Los contenedores arribaron el 16 de septiembre, y solo con el apoyo del puerto, la aduana y los transportistas pudimos tener todo con nosotros en menos de tres días», aseguró José Alberto Lago Poulot, encargado de aseguramiento y logística de la comisión nacional de fútbol.

También se necesitó maquinaria pesada para realizar los complejos trabajos a pie de obra. «Con el apoyo del Inder se realizó la contratación de un montacargas que estuvo a nuestra disposición durante el mes que duraron los trabajos más pesados», recordó Poulot, quien permanece a pie de obra junto al jefe de proyecto Lázaro Vila.

Más de 150 toneladas de caucho fueron vertidas en el terreno. Con ello se desplegó la cancha en su totalidad. No obstante, queda trabajo por hacer. En otras etapas se pretende instalar un sistema de alumbrado que permita jugar de noche y albergar encuentros internacionales a nivel de área.

Por supuesto, no solo en la cancha se trabajó arduamente. El Estadio ha recibido una remodelación capital de sus espacios vitales, que no son pocos.

Con un monto superior a los 600 mil dólares donados por la Fifa, y más de 2 millones en moneda total, quedaron rehabilitados los camerinos, el salón de protocolo, la sala de prensa, las áreas administrativas, los palcos y otras, todo lo cual convierte a esta instalación deportiva en una de las mejores del país, a decir de Lago Poulot.

La propia fuente se mostró conforme ante JIT con la obra que se presentará como terminada a finales de este septiembre. «Utilizamos materiales acordes al primer mundo. La calidad está garantizada. Los camerinos, por ejemplo, están al nivel de cualquier estadio del Caribe. Agradecemos el apoyo del Gobierno y el Partido en la provincia durante esta primera etapa de la obra», dijo.

En lo meramente deportivo, el nuevo terreno plantea un nuevo desafío. La cancha sintética implica desventajas respecto a la intensidad de los impactos y la acumulación del calor, debido a sus materiales de fabricación. Lo último se acrecienta en medio de las altas temperaturas reinantes en la Ciudad Héroe. Entre los riesgos está entonces la ocurrencia de lesiones por fricción y la aparición de ampollas.

Afortunadamente, una vez se consiga la adaptación a la superficie desaparecerán casi por completo estos peligros y cobrará absoluta relevancia la garantía de contar con un trazado en buenas condiciones a pesar de los cambios climáticos diversos.

Más rebote y rapidez en el traslado del balón, mayor amortiguación, resistencia y durabilidad —respecto a una cancha natural— sobresalen como ventajas junto a la reducción de los costos del mantenimiento.

En noviembre próximo el flamante estadio pudiera vestirse de gala cuando nuestro conjunto femenino reciba a su par de San Vicente y las Granadinas en la etapa clasificatoria a la Concacaf Women Championship, en lo que puede constituir su bautismo oficial. Enhorabuena la apertura de esta joya del movimiento futbolero en la Isla.