Sancti Spíritus.- GRANMA alzó su tercer cetro en un quinquenio al aventajar a Matanzas en la final de la 60 Serie Nacional de Béisbol, inscrita con probado esfuerzo en las páginas distintivas del deporte cubano.

¿Qué opinó el comisionado Ernesto Reinoso más allá de las hazañas, alegrías y decepciones que signaron una temporada impactada por la Covid-19? ¿Cómo mira hacia los retos inmediatos?

Estas y otras interrogantes le fueron formuladas por JIT instantes después que los Alazanes derrotaran 6×5 a los Cocodrilos e hicieran la fiesta en un estadio José Antonio Huelga justamente proclamado el mejor de un certamen extendido durante más de un semestre.

«Cualquier intento de resumen debe comenzar destacando el apoyo recibido en todos los órdenes, a partir de la importancia asignada por el país a la 60 edición del espectáculo sociocultural más disfrutado por los cubanos», sostuvo.

«Primó la voluntad de hacer, de cumplimentar el sueño de pasar sobre los obstáculos impuestos por la pandemia, y ese fue precisamente el gran saldo», aseveró a inicios del diálogo.

¿Qué otros elementos no obviaría?

Recordemos los abanderamientos encabezados por las principales autoridades de cada provincia, que acrecentaron el compromiso reinante en la preparación de la que emergieron sus nóminas. También la posibilidad de intercambiar amplia y profundamente sobre el que terminó siendo un reglamento mucho más acabado que sus antecesores, aunque todavía perfectible para la edición venidera.

¿Los aseguramientos?

Pese a las restricciones determinadas por la Covid-19 en el terreno de la transportación de mercancías, logramos que los implementos fueran más y mejores, como merece nuestro campeonato, y con la identidad visual especialmente concebida para la edición. Esos pasos continuaron dando fruto durante toda la Serie.

Añado que por primera vez en mucho tiempo todas las provincias cuentan, por ejemplo, con máquinas de pitcheo de última generación y pelotas suficientes para celebrar al menos 40 juegos en sus torneos élites.   

Hablemos ahora del enfrentamiento a la pandemia…

Demandó diseñar y hacer cumplir protocolos sanitarios que terminaron por minimizar lo más posible la enfermedad y controlar sus apariciones sin que lamentáramos graves consecuencias.

Podemos considerar exitoso el diseño aplicado, si tenemos en cuenta el número de personas que intervinieron en el evento y la cifra de casos.

¿La respuesta ante los inconvenientes surgidos?

No olvidemos los estadios sin público, a más de un equipo obligado a cubrir largos períodos fuera de casa; y los casos positivos que desataron alarmas…

Pero aun así primó la disposición que permitió salvar el torneo, que llegó a sus seguidores gracias al redoblado esfuerzo de la televisión, la radio y el resto de los medios de comunicación, los cuales diversificaron sus maneras de hacer, también limitadas por la situación imperante.

¿Satisfecho entonces?

No, porque la profundidad del chequeo realizado desde nuestras estructuras aportó muchos aspectos a mejorar. En realidad nos sentimos estimulados por los avances mayoritariamente reconocidos y la capacidad movilizadora del evento, que estuvo todo el tiempo en el centro de la polémica, dentro y fuera de la Isla.

Debates acrecentados ante la necesidad de ciertas medidas…

Así fue. Nunca pensamos en escenarios neutrales, detenciones indeseadas o postemporadas sin refuerzos, pero otra vez la estirpe de los aspirantes al cetro se alzó como prueba de voluntad a toda prueba.

Eso está entre lo más relevante que nos deja la 60 Serie, expresión de más de seis meses de tensiones, rivalidad, incertidumbres y un respaldo gubernamental imprescindible para que un deporte identitario de lo cubano viviera esta campaña tan especial.

¿La copa del Caribe y el torneo preolímpico de las Américas?

Inicialmente consideramos que el primero de esos eventos, con sede en Curazao, podría enfrentarse como parte de la preparación hacia el otro, que como sabemos será organizado desde el 31 de mayo en Estados Unidos.

¿Pero?

Esa visión cambió con la posposición de la copa de abril (17 al 24) a mayo (8 al 15), pues llegar al certamen preolímpico implicará gestionar visado fuera de Cuba, un trámite que debe coincidir en fecha con la lid caribeña.

¿Entonces?  

Mantenemos la intención de asistir a ambos, solo que con equipos diferentes, sin que eso implique negar cambios puntuales de ser necesarios.

¿Los directores?

Habíamos nombrado a Armando Ferrer para Curazao cuando la programación de uno y otro evento permitían que repitiera si así se consideraba. Ahora habrá que redefinir en ese sentido, pero está claro que él, Pablo Civil y Carlos Martí asumirán las principales responsabilidades.

¿Cuándo se anunciará el grupo de atletas?

Apenas hagamos las últimas precisiones, posiblemente ya distribuidos de cara a sus destinos principales y teniendo en cuenta que implicaremos a jugadores contratados en otras ligas al amparo de la Federación Cubana de Béisbol. Además evaluamos casos puntuales de atletas que juegan fuera del país como fruto de gestiones propias.