Ciego de Ávila.- SERGIO Gutiérrez Perdomo, a los 95 años de edad, deja la sensación de contar con el mismo optimismo de cuatro décadas atrás.

Cuando llegamos a su hogar se deleitaba con un partido de béisbol a través de la televisión. Parecía que todo su mundo estaba en la pequeña pantalla.

«Es que mi vida ha sido esta, y no sabría existir si no fuera para saber de una nueva victoria de Los Tigres, de los triunfos del hockey y de las tantas coronas de Los Búfalos del baloncesto. Mi familia dice que es como un vicio, y en verdad soy un vicioso del deporte», afirma.

No es un cliché asegurar que relatar el vínculo de Sergio con la actividad del músculo requiere muchas cuartillas, pues fue la máxima autoridad del Inder en Ciego de Ávila entre 1961 y 1967, y además se desempeñó como subdirector en Camagüey.

En 1977 se convirtió en el primer director del Inder en la provincia avileña, lo cual motivó que esta entrevista comenzara al revés, pues ya sentados en la sala de su casa él preguntó primero: ¿Cuántas veces habremos hablado tú y yo de deportes?

Le respondí que no sería la última y entonces miró, de tal manera, que solo atiné a romper el hielo con la interrogante inicial de mi cuestionario.

¿Qué deportista avileño le causó más admiración en estos años?

Mercedes Pomares ha sido la atleta más grande que ha dado esta provincia. No les quito el mérito a los cuatro campeones olímpicos con que contamos, pero la majagüense fue una de las más destacadas de Cuba y del mundo.

No obstante, si hablamos de admiración me quedo con el pesista Pastor Rodríguez, no solo por sus cualidades atléticas, sino por su entrega total al deporte

No pocos atletas, entrenadores o directivos se quejan ahora de la falta de materiales. ¿Eso se dio en su época?

Cada tiempo tiene su sello. Hicimos, a mí entender, lo que correspondía en aquel entonces, cuando no se contaba con casi nada. No había Eide y solo algunos entrenadores. Agreguémonos que en el béisbol, por ejemplo, varios peloteros de valía se fueron a Camagüey, pues allí tenían más posibilidades en todos los sentidos.

En verdad comenzamos de cero y sembramos la semilla para lo que vino después. No me gusta comparar el trabajo de ahora con el de antes. Eso sí, y para responderte mejor, nosotros no podíamos pedir mucho porque había bien poco, aunque viviéramos una época romántica en que solo organizar una competición ya lo considerábamos un éxito.

Recuerdo que se decía, por ejemplo, que Ciego de Ávila era la Capital del Ciclismo Cubano…

Eso se debió no solo a que contáramos con varios pedalistas de nivel, sino porque en la I Vuelta a Cuba Reynaldo Paseiro, entonces comisionado nacional, nos elogió por las atenciones que tuvimos con los integrantes del giro. Fue tanto que decidió cumplir acá el día de descanso en las siguientes ediciones.

Tiene una memoria privilegiada para su edad. Le reto a que relacione el primer consejo de dirección de la provincia…

Responderé sin problemas, lo ocurrido hace 30 o 40 años no me cuesta trabajo. Sin embargo, algunos hechos sucedidos hace meses se me olvidan. ¡Cosas de viejo!

El jefe de actividades deportivas era Ramón Pérez Morales, un hombre que hizo historia en el deporte de Morón; Roberto Jiménez atendía la cultura física; Jesús Morales estaba al frente de los recursos humanos; Miguel Peña se encargaba de la divulgación y propaganda; Arnaldo Moreno se desempeñaba como económico; Agustín Bravo en la parte presupuestada y Luis Acuña como secretario. A todos los recuerdo con mucho cariño.

Si le invitara a hablarles a los muchachos que estudian y se entrenan en la Eide Marina Samuel… ¿Qué les diría?

El deporte no debe tomarse como un medio de vida. Es una fuente de salud y bienestar para ellos y para los que van a aplaudir sus triunfos. Si logran interiorizar esto, podrán ser o no atletas de élite, pero al final se sentirán realizados.