La Habana.- UN ANÁLISIS comparativo entre culturismo y deporte, en lo que a desarrollo de la fuerza muscular se refiere, dio inicio hoy a las sesiones de la I Conferencia Online de Ciencias Aplicadas al Alto Rendimiento (Cocar 2020), organizada por el Inder desde esta capital.
El Dr. Cs. Iván Román Suárez tuvo a su cargo la conferencia magistral inaugural, titulada Culturismo versus deporte de alto rendimiento, producida en el Centro de Investigaciones del Deporte Cubano (CIDC).
El ponente explicó que se trata de un tema pertinente, tomando en cuenta el auge de los gimnasios en el país y el mundo, y la mala práctica de trasladar métodos y prácticas propios del culturismo a la preparación de los deportistas profesionales.
«No es beneficioso», apuntó el destacado catedrático sobre un tema plagado de criterios y especulaciones que rozan con el fetichismo y el oscurantismo.
El profesor, con una amplia ejecutoria en la enseñanza del levantamiento de pesas, hizo un rápido recorrido histórico por el desarrollo de la fuerza muscular, recordando que su principio básico —aunque bastante violado— es el aumento gradual de las cargas.
Reconoció que la fama de muchos fisiculturistas hizo que determinadas prácticas de esos gimnasios impactaran negativamente en el deporte de alto rendimiento, cuyos objetivos son notablemente diferentes.
Aseguró que el culturismo busca la apreciación, la plasticidad, el grosor y la definición muscular, la simetría, la estética y las estriaciones; mientras que el deporte se basa en el aumento o mantención de la fuerza en función de los aspectos técnicos de la disciplina en cuestión.
«Usted aumenta la fuerza de cara a las justas, y la mantiene si ya está en el período competitivo. No es correcto, pero sucede, que los atletas intenten elevar su fuerza muscular durante un evento clave de la temporada», alertó Román Suárez apartándose un momento del tema central.
En cuanto a los sistemas de preparación dijo que el culturismo emplea muchísimos, por su cuenta unos 29, sobre todo las superseries, las triseries y la confusión muscular. Del otro lado destacó el papel de los sistemas básicos, fásico y multivariado, así como los bloques alternados variados.
En cuanto al orden de las ejecuciones comentó que en el culturismo no está predeterminado, mientras que en el deporte se establecen desde los planos más fuertes a los más débiles; desde brazos, troncos a piernas; primeros los ejercicios rápidos y luego los técnicos y de resistencia. También refirió la importancia de usar pesos de menores a mayores.
«En el fisiculturismo se suelen trabajar los planos musculares por días alternos, mientras que nosotros lo hacemos desde un principio funcional. Si se usan todos en las competencias, pues deben entrenarse todos a la vez», señaló.
En ese sentido consideró que el trabajo debe ordenarse por grupos musculares, y alertó que mientras en los gimnasios culturistas se apela a muchos equipos y máquinas, en el deporte predominan los pesos libres.
Recalcó que no puede limitarse de ningún modo la flexibilidad de piernas y brazos, y confirmó la validez de la sentadilla profunda y de la recomendación de no mirar la barra, sino al frente y arriba, durante el trabajo de pesas.
También avaló los ejercicios de fuerza por delante y por detrás, al igual que los trabajos con poleas. Las cargas, dijo, deben apoyarse sobre los hombros.
En otro momento de su intervención, cercana a los 15 minutos, Román Suárez sugirió renunciar a métodos “fantasmas”, al menos hasta que los de repeticiones y series rindan sus frutos. También señaló que las ejecuciones no se facilitan, sino que deben cumplirse naturalmente. Calificó de nefasto el empleo de ligas y aditamentos elásticos, salvo en los deportes que no requieren fuerza rápida y explosiva. Y tampoco aprobó el golpeo a gomas o llantas, pues ocasionan muchas lesiones.
Sus palabras no tuvieron como propósito enfrentar dos mundos bastante diferentes, sino alertar que se sustentan en principios y métodos distintos.
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