Ciego de Ávila.- PARA BIEN de la natación avileña, ya avanzan las primeras acciones para que la Escuela Provincial de Deportes Acuáticos Julio Antonio Mella, disponga, por fin, de su tanque de clavados.
La buena noticia acaba de ser confirmada por Fidel Tovía Banes Duany, director de ese centro de la enseñanza deportiva en Ciego de Ávila.
A cargo del personal perteneciente a la propia instalación, las labores han estado inicialmente encaminadas a ir creando bases para aprovechar la capacidad que ofrece una cisterna aledaña a la piscina que reúne las condiciones elementales para esta modalidad con el antecedente de que similar solución fue asumida como alternativa, en la escuela de natación con que cuenta la provincia de Matanzas.
La ausencia de un tanque de clavados ha sido una de las mayores preocupaciones que han arrastrado directivos y trabajadores de la instalación, por el obstáculo que ha representado durante años para asegurar la continuidad en la formación de los niños que practican esa especialidad.
Tal y como ha alertado más de una vez Invasor, varios alumnos, con sobresalientes resultados a escala nacional, han tenido que abandonar los clavados, o migrar hacia otros deportes, por no disponer de las condiciones que demanda el salto, de acuerdo con las alturas y las complejidades de los ejercicios.
Hasta ahora el “remedio” ha estado sujeto a una plataforma criolla, de apenas tres metros, construida allí mismo y ubicada en un extremo de la piscina, donde hay un poco más de profundidad, aunque insuficiente.
A pesar de ello, los alumnos de la escuela han cosechado muy buenos resultados en competencias nacionales, que ubican a la provincia en la avanzada y la convierten en contrincante nada fácil para potencias tradicionales como Camagüey, Santiago de Cuba y La Habana.
En opinión de profesores y entrenadores, el curso escolar despegó con solidez, avanza a buen ritmo y se está haciendo un eficiente uso de la instalación.
Aunque la piscina abrió sus puertas al verano mediante festivales deportivos y recreativos, no hubo que lamentar daños o maltrato, gracias a la cuidadosa programación de las actividades y a la presencia del colectivo de la escuela, todo el tiempo allí para asegurar buen servicio y el correspondiente cuidado.
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