Bangkok.- INDONESIA, Malasia, Singapur, Tailandia y Vietnam lanzarán una candidatura conjunta para organizar en 2034 la Copa Mundial de Fútbol.

Los medios deportivos y de prensa de esos países celebraron hoy la noticia -en realidad, su confirmación, pues ya el hecho era conocido-, oficializada durante la celebración en Filipinas de la V Reunión de Ministros de Deportes de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (Asean).

En la XXXIV Cumbre del bloque, efectuada en esta capital el 22 y 23 de junio, los líderes de los 10 estados miembros aprobaron aquella iniciativa, planteada por Tailandia, pero Brunei, Cambodia, Filipinas, Laos, Myanmar y Singapur decidieron solo respaldarla en todas las instancias sin ofrecerse como escenarios de la Copa.

Durante la reunión en Filipinas se discutió el procedimiento de licitación, comenzando por obtener el apoyo de la Confederación Asiática de Fútbol y sus afiliados.

Ya la Federación de Fútbol de Tailandia pidió apoyo a la cancillería local para promover a los cinco citados países como sede colectiva del torneo. Los respectivos gobiernos ya dieron su asentimiento.

El siguiente paso sería la presentación de la documentación pertinente a la Federación Internacional de Fútbol Asociación (Fifa).

Otros expedientes tienen que ver con la estrategia para albergar la Copa, los escenarios de competencia, la transportación y seguridad de las delegaciones, la estabilidad financiera de los países anfitriones, e incluso su observancia de los derechos humanos.

Las otras naciones que optan por acoger el universal evento futbolístico son Egipto, Australia, Nueva Zelanda, China y Zimbabue. Ninguno de ellos ha tenido antes esa responsabilidad.

El ofrecimiento de una sede conjunta para el evento no es una novedad: ya antes lo hicieron con éxito Corea del Sur y Japón (2002), y la edición de 2026 estará a cargo del trío Estados Unidos-Canadá-México.

La candidatura del quinteto de la Asean tiene en contra dos factores esenciales: el bajo nivel del fútbol en la región, y la dispersión que supondría competir en varios países que en la mayoría de los casos ni siquiera comparten fronteras.