Doha, Catar.- REGRESAR al centro del podio constituye un primer factor a tener en cuenta para evaluar los resultados cubanos en el Campeonato Mundial de Atletismo, despedido de esta ciudad a poco más de ocho meses de su próxima cita grande: los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

En cada actuación hay buenos y malos momentos, algunos quedan en el recuerdo como lo mejor de los últimos tiempos y otros dejan que lamentar.

Ese volvió a ser el saldo de la Isla con 17 competidores, seis menos que hace dos años, y con una presea de cada color, con la discóbola Yaimé Pérez como la ganadora de un oro de muchos quilates (69,17 metros).

Lo más sobresaliente de ese premio es que se ganó en un “mano a mano” con su compañera Denia Caballero (68,44). Cada una ofreció excelentes tiros y ratificó que esa es la especialidad de lujo en estos momentos en Cuba.

El bronce firmado por Juan Miguel Echevarría (8,34 metros) dejó insatisfacciones; no entre los especialistas, sino para él mismo, pues quería un oro, y para sus seguidores.

Ese se convirtió en uno de los sueños no cumplidos, pero la medalla ganada se considera igual de importante en términos de avances, sobre todo porque lo hizo en su primera final mundial, con un registro que rondó lo hecho durante toda la temporada y con apenas 21 años de edad, cuando su futuro tiene mucho aún por decidir.

En esos términos más o menos anda el sentir de la comisión nacional de este complejo deporte, en que casi hay que llevar de manera independiente cada especialidad y de sus buenos o malos resultados dependen muchas cosas para la Isla en cada evento multideportivo.

Con un lugar 12 que mejoró por mucho el 37 de hace dos años, y la consolidación de algunas figuras como primer saldo a resaltar, la comisionada Yipsi Moreno accedió a conversar con JIT con las luces del Khalifa Stadium ya casi apagadas.

«Nos vamos satisfechos de la mayoría de los atletas, en cuanto a medallas ya superamos lo de hace dos años, la calidad y cantidad…

»Cuando vemos los finalistas que hemos tenido hay que decir que estamos construyendo a estos atletas jóvenes y esperamos que alcancen la madurez que necesitan. Algunos no llegaron en la forma que queríamos, algunos arrastraron lesiones y a otro les urge madurar en busca de un resultado», aclaró en primer momento Yipsi.

La tres veces reina en estas citas asume ahora el reto de dirigir, con Daniel Osorio como jefe técnico, un atletismo que cuenta con menos figuras que hace una década atrás, pero incluso así demuestra que puede mantenerse en la élite del planeta.

«Consideramos de manera general muy bien este Campeonato Mundial, porque sobre todo nos deja las aristas hacia donde tenemos que trabajar. Hay muchas cosas que mejorar y muchas que consolidar», asegura con sinceridad, pues no es su estilo regodearse en un triunfo que no fue total.

Temas como la superación de los entrenadores, abrirse al intercambio con el mundo y no cambiar métodos que les han llevado a los resultados, pero sí introducir detalles que les harán más eficientes, son aristas de todo el proceso que no escapa de su atención y se incluyen en los planes que piensa trazarse desde ya.

Hubo elogios además para esos que llegaron aquí a cumplir con acercarse a sus marcas personales, piénsese en la especialista de 400 con vallas Zurian Hechavarría o la cuatrocentista Roxana Gómez, y sobre todo el saltador de altura Luis Enrique Zayas, otra vez por sobre los 2,30 metros y con pasos seguros por las medidas inferiores.

También el hecho de ser finalistas del triple con Cristian Nápoles y Jordan Díaz, ambos con déficits en sus temporadas por lesiones, e incluso así quedados quinto y octavo, por ese orden.

Un aparte dedicó a la varias veces premiada Yarisley Silva, quien por primera vez no se incluyó entre las ocho primeras de la garrocha. Para ella pidió Yipsi más confianza, segura de que su historia exige tratamiento diferenciado, un trabajo que le haga enfrentar Tokio estabilizada.

Deficiencias en 110 con vallas, la velocidad –no tanto por la llegada a semifinales de Reynier Mena que era lo esperado, como quizás el tiempo que pudo ser mejor– el disco para hombres y otras especialidades que no pudieron conseguir marcas para llegar aquí.

Así, con rumbo a grandes objetivos, pero sin desconocer la realidad con que cuentan, anda el atletismo cubano y sus directivos. Ellos son los más claros del papel que les toca ejercer en ese sentido y lo hacen desde la objetividad.

«Los atletas deben poner más de su parte en cuanto a madurez, profesionalidad, en cuanto a lo que quieren lograr y entender que un Mundial o la élite no son un juego, son cosas serias y tienen que hacer cosas serias. A nosotros nos toca un papel muy importante en ese sentido y no nos vamos a cansar», concluyó la titular olímpica del martillo en Beijing 2008, antes de solicitar con la franqueza de siempre «un poquito más de confianza en el atletismo cubano y sus directivos».