El pertiguista Lázaro Borges conquistó plata, lo mejor de la Isla. Foto: José L. Anaya

La Habana.- EN EL 2011 los campeonatos mundiales de atletismo regresaron a Asia, pero a un sitio diferente de Japón. Tocó el turno a la ciudad coreana de Daegu.

Pese a otros buenos saldos en varias pruebas dos momentos marcaron su historia: la arrancada en falso del jamaicano Usain Bolt en los 100 metros y la exorbitante cifra de 62 casos positivos de dopaje.

Ambos hechos tuvieron su explicación, y el primero sorprendió al planeta, sobre todo porque el astro caribeño no necesitaba “adelantar” nada para una victoria segura en su prueba reina.

El domingo 28 de agosto, exactamente a las 8:43 de la noche, millones de espectadores en el propio Estadio de Daegu o desde sus casas, frente a la televisión, enmudecieron ante lo sucedido en la línea de arrancada del hectómetro.

El héroe de casi todos, el hombre imbatible de la velocidad, fue víctima de una regla que se estrenó en esa cita: cualquiera que cometiera arrancada en falso sería descalificado sin necesidad de una advertencia previa.

Lo cierto es que en total llegaron a 10 las descalificaciones por este motivo, una cantidad elevada si se compara con las apenas tres de dos años antes en Berlín y las cinco de Osaka 2007.

En medio del desconcierto el también jamaicano Johan Blake logró imponerse con 9.92 segundos y se convirtió en el único capaz de bajar esa vez de los 10 segundos.

Bolt se desquitó en los 200 y como parte del relevo 4x100 que volvió a imponerse con récord del orbe de 37.04 segundos.

La justa coreana transcurrió del 27 de agosto al 4 de septiembre, contó con la asistencia de 1742 atletas de 199 países y estrenó el Pasaporte Biológico, algo con lo que se creó el mayor banco de información de hematología y hormonas pensado hasta ese momento.

Un total de 1848 muestras de sangre fueron analizadas precompetencia y la cifra de 62 dopajes positivos es todavía algo inédito para estas justas. En medio de tal panorama se recolocaron luego 13 medallas, la mayoría retiradas a atletas rusos.

Estados Unidos siguió como máximo medallista con 12 de oro, por siete de los kenianos y cuatro de los jamaicanos. Cuba no pudo conseguir esa vez ningún cetro y quedó con una plata y tres bronces.

Un episodio muy discutido fue la descalificación de Dayron Robles en la final de los 110 metros con vallas, pues luego de entrar a la meta como primero debió enfrentar la acusación de interferencia en el carril del chino Liu Xiang y le fue retirado su título.

Lo mejor de la Isla en la lid lo anotó el pertiguista Lázaro Borges con un subtítulo de 5,90 metros, inscrito como plusmarca para Centroamérica y el Caribe, una novedad también anotada por su compañera Yarisley Silva entre mujeres, aunque con los 4,70 metros que le hicieron recordista quedó quinta en la final.

Yarisley cosecharía sus máximos resultados a partir del 2012 con la plata olímpica de Londres y el oro mundial de Beijing 2015, entre otros varios premios que aún le siguen llegando como el reciente tercer reinado en Juegos Panamericanos.

Leonel Suárez conquistó bronce en el decatlón, lo mismo que Yarelis Barrios en el disco, y Yargelis Savigne no pudo terminar su competencia en el triple por una lesión y quedó fuera del podio al que tampoco accedió Mabel Gay (cuarta).

Savigne llegaba como reina de Osaka 2007 y Berlín 2009, además de una plata en Helsinki 2005.

Cuarto del triple masculino cerró Alexis Copello, Guillermo Martínez en igual posición de la jabalina, Jorge Fernández octavo del disco y Yordanis García no finalizó el decatlón.

Entre lo sobresaliente del resto de los eventos, vale recordar que la sudafricana Caster Semenya consiguió su segundo oro en los 800 metros, pese a que desde dos años antes ya estaba involucrada en la famosa disputa de sus elevados niveles de hormonas masculinas.

Luis Fernando López ganó los 20 kilómetros marcha y se convirtió en el primer campeón colombiano a este nivel, un acápite que luego se ha encargado de enriquecer la triplista Caterine Ibargüen, por cierto esta finalizó bronceada en Daegu como adelanto de los oros que le llegarían en Moscú 2013 y Beijing 2015.