Lima.- COREOGRAFÍAS acrobáticas y de baile para mostrar historia, tradiciones culturales y cantos de futuro se vivieron hoy en la inauguración de los VI Juegos Parapanamericanos en el Estadio Nacional José Díaz en esta capital.

Tuvo como concepción reflejar un pasado para hacer el presente, los valores del deporte como válidos en la vida y la evolución hacia la construcción del futuro, en un guión acertado y lleno de originalidad y vistosidad.

La ceremonia partió de un tótem que se transformó en árbol, símbolo de la gran biodiversidad del Perú, uno de los 17 países con mayor masa vegetal, pues contiene el 10 por ciento de las especies de flora del planeta.

Bailarines con vestuarios inspirados en flores de todo el país danzaron para dar paso al desfile de las 33 delegaciones asistentes, con más de mil 900 atletas, entre esas la de Cuba, número 10 en aparecer en la pista para arrancar grandes exclamaciones de los más de 30 mil asistentes.

Seguidamente comenzó una historia contada desde las civilizaciones preincaicas, con una primera escena -de seis destacadas- basada en la vida y la interconexión de los seres humanos, a partir de dos niños que devinieron en hilo conductor de la historia.

En otra aparición los artistas participaron en juegos y competiciones hasta que solo quedaron dos: los protagonistas ya adultos que como última prueba escalaron el tótem al mismo tiempo y se abrazaron para concluir en un pacto de amistad.

El acto continuó con el discurso del titular del Comité Organizador de Lima 2019, Carlos Neuhaus, quien aseguró que por primera vez Perú tenía unas instalaciones con accesibilidad para el desarrollo del deporte para personas con discapacidades y que «estamos a punto de presenciar una nueva visión del deporte».  

Luego, el nuevo presidente del Comité Paralímpico de América (CPA), Julio César Ávila, agradeció a los organizadores, al pueblo peruano y a las delegaciones participantes. Seguidamente invitó al presidente del Perú, Martín Vizcarra, a declarar inaugurados los Juegos.

En el segmento siguiente se izó la bandera del CPA y se hicieron los juramentos de atletas, entrenadores y jueces, por parte de Javier Soto (boccia), Miguel Calmet (atletismo) y Sorei Núñez (natación), respectivamente.

Con la llama en el estadio, portada por cuatro destacados ex atletas, el tótem se convirtió en un quipu (serie de cuerdas unidas) y la flama llegó a su cima a través de una cadena de acróbatas hasta encender el pebetero con forma de Inti.

Entonces todo estuvo listo para el colofón, con la popular banda Bareto, representativa de la nueva música peruana y cuya versión de la cumbia Cariñito animó los anteriores Juegos Panamericanos y se convirtió en el himno no oficial de Lima 2019.

La agrupación puso a corear y bailar a la mayoría de los asistentes, y con el Inti encendido otra lluvia de fuegos artificiales puso fin al espectáculo.