Lima.- NO ERA lo que querían, ni lo que soñaron. Sus caras decían a las claras que las aspiraciones tenían color dorado. Sin embargo, Yusneylis Guzmán (50 kg) y Lianna de la Caridad Montero (53 kg) inauguraron hoy con plata y bronce el medallero de la lucha femenina cubana en los XVIII Juegos Panamericanos.
La “Chiqui”, en el día de su cumpleaños, venció en cuartos de final a la peruana Thalia Mallqui (4-1) y en semifinales a la ecuatoriana Jacqueline Mallocana (2-1).
Así se instaló en una final tan difícil como resultaba calentarse en el Coliseo Miguel Grau, pues su rival sería la estadounidense vigente campeona Whitney Conder.
El combate no dejó dudas sobre la superioridad de la norteña, al imponerse 10-2 en los seis minutos reglamentarios. No obstante, hay que destacar la combatividad de la nuestra, capaz de atacar incesantemente y estar cerca de buenas acciones, solo que la fortaleza física de su oponente, sus largas extremidades y la velocidad de reacción lo impidieron.
«Una competencia fuerte, tensa, sabía a las rivales que me estaba enfrentando. La final muy difícil, ya tengo dos derrotas contra Conder, lo di todo, pero son cosas del deporte. Ya sé que debo prepararme un poco más», comentó quien precisamente hoy cumple 23 años de edad.
«Soy una atleta tiradora de tackles, pero ella es más fuerte que yo. Igual hubo una acción en que debieron marcarme dos puntos a favor y no lo hicieron. Son cosas que pasan», comentó respecto a la pelea final.
«No estoy satisfecha porque cuando un atleta va a una final quiere ganar, pero contenta ya que es mi cumpleaños y esto marca mi carrera deportiva. La prioridad ahora es llegar a Tokio 2020 y pienso que me queda “carretera” hasta la edición de Santiago de Chile 2023», concluyó la capitalina, asistente a sus primeros juegos continentales.
Montero, bronce mundial el pasado año, era candidata de fuerza a la final, y así lo anunció en el debut, al vencer por 8-0 a la brasileña Camila Fama.
Luego, sin embargo, la venezolana Betzabeth Argüello se le atravesó 4-1 y le condenó a la disputa del bronce, trance en que fue letal sobre la peruana Justina Benites.
«Una competencia de nivel. Estoy contenta porque son mis primeros juegos panamericanos y no podía irme sin una medalla, pero no estoy satisfecha porque mi objetivo era otro», apuntó la mayabequense en principio.
Interrogada sobre la derrota semifinal ante la morocha, la güinera sostuvo que «hay que seguir trabajando y puliendo lo de la concentración. Esa fue la causa de la derrota. Jamás pensé que sería así».
Sobre su rebaja de los 57 a los 53 kg explicó que «fue una estrategia compartida con mi entrenador. Me sentí bien, cumplí el peso sin dificultad y pienso seguir en esta división en busca de la clasificación olímpica».
El próximo reto de Lianna debe ser el certamen del orbe de Nur Sultam, Kazajistán, y allí «lo importante es discutir las medallas, pues así estaré clasificada para Tokio. Igual quiero subir al podio».
En sus palabras también se refirió a su equipo y la jornada de este viernes: «esperen mucho más, todavía no se ha acabado el evento femenino. Quedan mis compañeras Stornell, Yudaris y Mabelkis, a quienes les deseo éxito para que aporten más medallas a la delegación».
Finalmente reconoció que «se esperaba más de mí, pero esto de que te sorprendan le pasa a cualquiera. Mi entrenador Filiberto Delgado me dio mucho ánimo y me dijo que la medalla de bronce tenía que ir hacia Cuba».
¡Está hecho!
La otra cubana en competencia hoy, Lilianet Duanes, perdió en el único pleito de octavos de final ante la boricua Nes Rodríguez y quedó eliminada.
Las reinas en estas categorías fueron la estadounidense Sara Hildebrant (53 kg) y la ecuatoriana Lisset Antes (57 kg).
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