Foto: Mónica Ramírez

Lima.- EN LA sala dispuesta para la esgrima en el centro de convenciones de esta urbe hay una pista central, denominada podio, a la que solo escalan los tiradores ya medallistas en busca de poner definitivo color a sus premios.

Todas las acciones del día ocurren en los alrededores, y en subir o pasar de largo radica la gran diferencia de la jornada, la gran diferencia de al menos cuatro años de ardua labor.

El lunes la esgrima cubana vio subir a ese "trono" al espadista Yunior Reytor, pero hoy no celebró igual suerte con la sablista Aymara Tablada y el floretista Humberto Aguilera.

Así se va moviendo nuestro equipo en el evento de los XVIII Juegos Panamericanos.   

TABLADA, CERCA DE UN “TABLAZO”

Aymara vivió una poule complicada, pues tras el éxito inicial sobre la peruana Raisza Lucho (5-1) sobrevinieron derrotas ante la venezolana Alejandra Benítez (2-5) y la canadiense Marissa Jayne Ponich (3-5).

Sin embargo, encontró la manera de componerse para vencer 5-3 a la colombiana María Blanco, con lo cual pasó a octavos muy a pesar de su derrota siguiente frente a la argentina María Pérez Maurice (2-5).

En la tabla de 16 fue mejor que la dominicana Heyddys Valentín (15-11), pero en cuartos la eliminó la misma argentina de antes por 15-12.

Su desconsuelo fue tal, que al menos en la primera pasada por la zona mixta no pudo dialogar con los periodistas, un reto que sí asumió su entrenador.

Leonel Guades Vidal ponderó el nivel de la competencia, calificó la preparación de su atleta como «la mejor posible» y le reconoció su entrega y nivel frente a oponentes de superiores experiencia y ubicación en el ranking mundial.

Lamentó la ansiedad que conduce a errores sobre la pista, que deja brechas a adversarios muy calificados en momentos claves.

Recordó que su alumna debuta en una cita de esta envergadura y que al ubicarse del quinto al octavo lugares cumple con su propósito competitivo, mas no con los sueños que siempre se ubican sobre el podio.     

LA ODISEA DE HUMBERTO

La historia de Humberto Aguilera acabó antes y peor de lo que sus posibilidades competitivas ofrecían hoy.

En la fase preliminar alcanzó cuatro victorias y una derrota, con un rendimiento que dejó en la cuneta, incluso, al estadounidense bronce olímpico y rey universal Race Imboden.

Su camino fue así: 5-3 sobre el boricua Carlos Padua y el norteño de marras; 5-2 frente al peruano Federico Canchez, 5-3 contra el argentino Augusto Cervello y 3-5 víctima del chileno Gustavo Alarcón. La jornada prometía…

Su efectividad se trasladó también al inicio de las acciones en la tabla de 16, pues llegó con ventaja de 14-9 al cierre de su asalto frente a Padua.

Increíblemente no pudo concretar la estocada 15 y salió de la competencia. Para obtener sus testimonios hubo que esperar, y esperar, a que estuviera en condiciones de comentar lo sucedido.    

«Inicié bastante concentrado, enfocado en todo, acción por acción, pero contra el puertoriqueño me faltó eficiencia, perdí mucho tiempo con el brazo y eso me arrebató la victoria», comentó a JIT en una solitaria zona de entrevistas.

«Con la victoria sobre Imboden me sentí sumamente feliz, algo inesperado, tremendo ganarle aquí al campeón mundial. Me puse las botas, dije, y salí de nuevo para arriba de “la caliente”. Pero esos errores me sacaron de la competencia», profundizó.

Interrogado sobre si fue presión u otra la razón para no poder concretar el éxito, el holguinero entró en detalles…

«Fue un error ténico con el brazo, a veces lo levantaba mucho, a veces lo dejaba atrás, y entonces Padua aprovechaba para marcarme», refirió haciendo un ademán.

«Además, estaba loco por terminar y eso es lo que “mata” a los cubanos. Nos falta un golpe y queremos darlo ya, a diferencia de muchos rivales que por su preparación y experiencia toman calma, paciencia y luego actúan», concluyó.

Para Aguilera concluyó así su actuación en el florete, pues no hay equipo cubano de esa arma acá. Su próxima presentación será como suplente en el conjunto de espada que lideran Yunior Reytor y Reinier Henríquez.