Lima.- ES TRISTE que la mejor ejecución de tu vida no alcance para subir al podio, y esa es la sensación con que se fueron a descansar hoy las integrantes del conjunto cubano que brilló con cinco pelotas en la gimnasia rítmica de estos Juegos Panamericanos.

«Fueron despojadas de la medalla de bronce, esa era de nosotras… trabajaron muy bien, limpio… ese bronce era de ellas», fue lo primero que atinó a decir la entrenadora Nely Ochoa, todavía negada a creer lo sucedido en el Polideportivo de Villa El Salvador, donde sus alumnas quedaron cuartas con 22,150 puntos.

«Fue el conjunto de su vida, los fallos fueron mínimos, nunca las había visto trabajar así», repitió luego de explicar que reclamaron la nota recibida porque la dificultad del programa es de un total de 16 puntos y sin embargo los jueces la calificaron de apenas 14,800.

Complejidad en los intercambios, ritmo en la coreografía e imprecisiones mínimas sin pérdida de implementos, fueron rasgos distintivos de la presentación aplaudida por los asistentes a la sala, sin embargo las encargadas de evaluarla consideraron algo distinto.

Lo cierto es que esa es una posible injusticia siempre presente en los deportes de apreciación, en los cuales más allá de lo logrado por los protagonistas influye el criterio de quienes te evalúan.

En sentido general la competición ha estado marcada desde el concurso de máximo acumulador por varias reclamaciones, pero la hecha este domingo por las cubanas pareció no ser atendida… apenas unos momentos bastaron a la responsable del tribunal para determinar que no prosperaba.

«Lo hicimos para medalla, estamos contentas por eso, pero tristes porque esa no era nuestra puntuación», coinciden en opinar las cinco integrantes del conjunto: Claudia Arjona, Melissa Kindelán, Danay Utria, Tatiana Rodríguez y Elaine Rojas.

En definitiva el podio fue ocupado por México (24,400), Estados Unidos (24,150) y Brasil (22,500), medallistas de oro, plata y bronce, en ese orden.

Este domingo también se repartieron los títulos individuales en aro y pelota, pero solo en el primero de ellos hubo presencia cubana con Gretel Mendoza, una jovencita que borró 12 años de ausencia de las suyas en este tipo de discusiones.

Aunque la calificación de 15,300 unidades le dejó lejos del primer puesto ocupado por la estadounidense Evita Kriskenas (19,800), el hecho de avanzar a esa etapa es uno de los motivos por los que se irá satisfecha de su primera justa panamericana.

«Estar en la final de mi aparato preferido es un sueño y ahora tengo más incentivo para esforzarme más, trabajar más y conseguir mejores resultados», comentó Gretel, quien no pasó a ninguna de las otras tres finales y cerró decimocuarta ayer en el all around individual.

Mañana el conjunto saldrá al tapiz de Villa El Salvador con tres aros y dos pares de mazas dispuesto a mostrar otra excelente actuación e intentar que esta vez las juezas sean más objetivas.