Lima.- AUNQUE mejoró errores de la fecha precedente y funcionó de otra manera en algunos aspectos, la selección cubana de balonmano entre hombres volvió a carecer del trabajo colectivo y encajó su segunda derrota en estos XVIII Juegos Panamericanos.

Marcador adverso de 25-26 contra un Estados Unidos que aprovechó velocidad y espacios abiertos en la defensa cubana para conseguir el éxito en el Polideportivo 1 de la Villa Deportiva Nacional, donde hace dos días las mujeres de la Isla se despidieron con bronce precisamente frente a las norteñas.

Casi nunca hubo más de dos puntos de diferencia entre uno y otro, incluso el primer tiempo de 30 minutos finalizó empatado a 14 y al final del segundo parcial los cubanos iban delante gracias a jugadas de Reinier Taboada, pero par de entradas estadounidenses efectivas a la puerta que custodia Alejandro Romero acabaron con el sueño.

«Ante todo pedirle disculpas al pueblo cubano, realmente esto no lo esperaba nadie», fue lo primero que atinó a decir el comisionado nacional Franklin Guevara, a su pasó por la Zona Mixta donde era esperado por la prensa cubana.

«La responsabilidad total no es de los jugadores, es evidente que no logramos el cuerpo técnico y la comisión nacional hacer el “team work” que hacía falta», repitió más de una vez consciente de la responsabilidad que asume.

El equipo que dirige Luis Enrique Delisle cuenta con varios jugadores reinsertados luego de jugar en ligas extranjeras y fue la sensación hace muy poco cuando consiguieron la medalla de plata en el Campeonato Mundial de Naciones Emergentes.

Aquí cedieron ayer con diferencia de 28-38 ante un Chile que nunca les debió ganar y se puso en evidencia la falta de comprensión entre los integrantes de un conjunto que tiene entre sus puntos más fuertes la defensa.

«Lo que se previó, lo que se planificó no lo hemos logrado. Es un equipo diferente al que se mostró ayer, eso es indiscutible, porque los muchachos tienen tremenda vergüenza deportiva, tienen tremendos deseos, pero eso está escrito en la teoría y la metodología del entrenamiento, está escrito en la sicología: si no somos capaces de hacer un equipo y que todos piensen en equipo es muy difícil lograr los resultados», volvió a insistir Guevara.

Unificar el talento y que el mecanismo funcione –si no a la perfección– al menos con sincronía será ya una experiencia para el colectivo de entrenadores, pues todavía queda buscar el quinto lugar que al menos supere en uno la ubicación de Toronto 2015.

Otro difícil partido contra Argentina, subcampeón de la edición anterior, es el compromiso de mañana para el cierre de la fase de grupo.